Queridos Reyes Magos:
Ya lo sé… ¡A buenas horas les escribo la carta este año! ¡A saber en qué parte del mundo están ustedes ya! Pero es que no se lo van a creer… No he tenido tiempo…
¡Qué excusa más mala! Me he pasado los últimos meses quejándome de mi falta de tiempo, pero en realidad lo que no tengo es orden en mi cabeza. Quería pedirles perdón por no poner mi mítico Belén en casa , por no cantar villancicos y por no acudir a recibirles en la cabalgata de mi ciudad. Ha sido la primera vez que no he asistido y espero que sea la última. La verdad es que me extrañó no encontrarme con un gran pedrusco de carbón negro en mis zapatillas… ¡Ah, no! que este año también se me olvidó colocar las zapatillas bajo el árbol… en fin, si sigo excusándome me temo que terminaré liándola más, así que voy a considerar que tales actos de ‘rebeldía’ en contra de las ‘sagradas’ tradiciones navideñas no fue más que la guinda de un año revulsivamente loco.
Y es que ese ha sido el adjetivo que he querido ponerle a los ya bien pasados últimos 12 meses, porque si tonto es el que hace tonterías, parafraseo a Forrest Gump para decir que loco es el que hace locuras…. Y yo hice muchas en 2011.
Empezaba el año sin humos. Sí, la famosa y controvertida ley antitabaco ocupó gran parte de las primeras conversaciones de 2011, debatiéndose si seríamos capaces de cumplirla y si afectaría a los negocios. Un año más tarde, el nuevo Gobierno se plantea dar marcha atrás a esta ley o, al menos, en parte. Pero lo cierto es que no ha sido la ausencia de tabaco en los bares y cafeterías la que ha afectado a los negocios, sino más bien una crisis económica que más que apretar, ya ahoga con más de 5 millones de parados y una tasa de paro juvenil cercana al 50%.
Pero mientras yo cumplía 3 años contigo, todos queríamos pensar que la situación iba a ir mejorando (algo que ahora nos cuesta creer que vaya a pasar a corto plazo). Y así fue como empecé a vivir otra vida…
Y a abandonar viejos hábitos. Mis horas de televisión se redujeron drásticamente y, con ellas, mi fuente de inspiración para este blog. De ahí que me las vi y me las deseé para mantener una mínima coherencia en el hilo conductor, intentando al menos hacer una recopilación a modo de zapping de noticias televisivas una vez por mes. También en eso fracasé. Pero como me sigue pareciendo una gran idea y de buenos propósitos también esta cargado el año nuevo, prometo intentar retomarlo para este aun reciente 2012.
Pese a todo, me resistí a dejar de escribir. Si algo tengo claro es que aun me quedan muchas cosas por contar y, como situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas, Jorge decidió volver antes de lo esperado para suplir la falta de amor por San Valentín mientras Telecinco cancelaba prematuramente y por primera vez en su historia, una edición de Operación Triunfo y el accidente nuclear de Fukushima cubría las portadas de los periódicos.
Al tiempo, la edición más larga de Gran Hermano llegaba a su fin, acusando un cierto desgaste en el reality, lo que pareció crear el pánico en la cadena de Fuencarral. Es por ello que a los incondicionales del formato nos ha tocado esperar más esta vez hasta ver empezar la 12+1 edición, que lo ha hecho hace apenas una semana. ¡Ah, por cierto! que la cadena de Fuencarral es ahora de Mediaset, tras la fusión ya establecida entre Telecinco y Cuatro que terminó forzando, justo un año después, la de Antena 3 y La Sexta, volviéndose prácticamente a la situación televisiva original… Poco nos duró la pluralidad.
Pero como habíamos dicho que de tele ya poco o nada, pues a lo nuestro. La sección viajera del Blog siguió el periplo iniciado en Granada a la conquista de Al-Andalus en los carnavales de Cádiz, la primavera de Jaén, o la genial visita a Sevilla. Sin embargo, se convirtió en otro objetivo sin completar… y no por no llegar a pisar Almería, sino porque no todas las crónicas de los viajes llegaron a plasmarse por escrito. Una de ellas, la de Huelva, tengo la excusa de no haberme atrevido a escribirla aún. La fugaz de Córdoba y la accidentada de Málaga… espero sentarme a contarlas algún día.
Mientras redacto esto, me doy cuenta de todas mis carencias a lo largo de 2011, pero ninguna de ellas es comparable a la carencia que me dejó la última cena. Fue y es, sin duda, el sabor de boca más amargo de mi vida y que sólo Jorge supo endulzar con sus historias: Londres, el Mediterráneo, la chica del vestido de rayas o un verano lleno de sorpresas, confesiones y decisiones.
Así es como volví a coger mi maleta para darle una segunda oportunidad al país de las oportunidades, convirtiéndome en el perfil de joven cualificado del que todo el mundo habla ahora, que tiene que irse más allá de las fronteras de su país a trabajar. Fuga de cerebros lo llaman… Aún es pronto para dar veredictos pero, por lo pronto, los únicos recuerdos potentes que tengo desde entonces son un 11/11/11 original, un 20N con cambio político y unas votaciones mágicas, el boicot de los anunciantes a La Noria, una edición de Pekin Express en África descafeinada, el escándalo de Urdangarín, el proyecto del máster aún por acabar y una ilusión de muchas tardes y muchas noches que se quedó sólo en eso.
Y así, sin apenas darme cuenta, me dieron las uvas. Después de unas navidades absolutamente inolvidables en el paraíso y sin posibilidad de volver atrás, 2011 forma parte ya del recuerdo, quizás uno de los recuerdos más bonitos que haya tenido y vaya a tener nunca, de esos que te hacen mirar con ilusión el tiempo que nos queda por delante. Lo vivido fue un sueño y, como tal, tocaba despertar tarde o temprano, pero lo que nadie sabe es que ahora conozco la fórmula de ese sueño y, ya que ahora mismo no tengo los ingredientes necesarios a mi alcance, es lo único que me gustaría que me hubieran traído sus Majestades estas navidades y no vi entre mis regalos. Puede ser que se les olvidara, que no me lo merezca o, como ustedes se las saben todas, que lo hayan dejado escondido fuera del alcance de la vista de cualquiera. En ese caso, sólo es cuestión de tiempo el que lo encuentre, porque sí, ese es otro de mis grandes propósitos del año… anotar lo que sueñe cada noche. Creo que así, y sólo así, podré llegar a conseguir que mis sueños se hagan realidad.
Reciban un cordial saludo sus Majestades de Oriente.
Atentamente, su más acérrimo defensor.
