miércoles, 20 de junio de 2012

JYSH - ¿AMORES IMPOSIBLES? (T4, C5)

ON…

MPBlog: wake me up before you gogo

Es hora de que todos lo asumamos de una vez por todas. Hay amores que, por mucho que queramos y lo intentemos, no son viables. Eso de que el amor todo lo puede es una de las grandes mentiras con la que Disney ha hecho mucho daño a más de una generación.

Y no hablo desde el escepticismo ni el pesimismo. No. Hablo desde la experiencia, propia y ajena, que corrobora cada una de mis palabras. Empirismo de Hume puro y duro. Que haya pasado un millón de veces no nos asegura que la próxima vaya a resultar igual, por eso seguimos intentándolo aun a sabiendas de estar avocados al fracaso casi con toda seguridad.

Pero mi reflexión de hoy no es una reflexión en contra del Amor verdadero, sino más bien todo lo contrario. Mi reflexión de hoy es en contra de los “amores verdaderos”, que al final resultan más falsos que el peluquín del Dioni o las tetas de Yola Berrocal. Esos amores que nos hacen vulnerables, en los que ponemos mucha fuerza y energía y de los que sólo recibimos desilusiones, ¿son amores imposibles o más bien personas incorrectas?

Hablaba el otro día con Cata sobre ello y, como de costumbre, sus palabras me hicieron reflexionar. Cata llevaba meses enamorada del gaucho, como ella lo llamaba, en secreto. Gran parte de las conversaciones en nuestro Mar ya tenían al gaucho presente. El gaucho es un chico moreno, delgado, inteligente, ambicioso y amante de la caza y los caballos. Todo un hombre. El hombre perfecto para Cata… o eso pensaba ella. Y es que hay que tener cuidado con lo que uno desea, porque se corre el riesgo de que se haga realidad. Cuando Cata regresó a su país, vio como todo daba un vuelco de repente y se cumplían sus sueños. Le brillaban los ojos la primera vez que hablé con ella, pero la burbuja se rompió pronto y el brillo de luz pasó a ser un brillo de lágrimas. Quizás había puesto demasiadas expectativas en todo esto, quizás se había forjado una imagen idealizada que no se correspondía con la real, quizás sea simplemente que las cosas no estaban de ser en ese momento.

La experiencia y, en definitiva, el paso de los años, hacen que cada vez sea más complicado encontrar la compatibilidad con una persona. Todo lo que vivimos va generando tantas aristas en nosotros que dificulta que encajemos con alguien. Diferencias de edad, lejanía, intereses distintos... suelen ser muchas más las cosas que nos separan que las que nos unen. Es entonces cuando la comodidad, el miedo y el conformismo se apoderan de la mayor parte de las personas. Me asusta ver cómo a mi alrededor cada vez se marcan más los dos extremos, igual de dañinos: por un lado están los que, cansados de sufrir y fracasar, arrojan la toalla y asumen una voluntaria soledad.  En el otro lado están los que se agarran continuamente a clavos ardiendo, ocupando con cualquiera los huecos  vacíos que no tienen con qué o quién rellenar. En ambos casos se está renunciando al Amor.

Y sin Amor… ¿acaso es posible Vivir?

El caso de Cata sólo es un ejemplo más dentro de una lista interminable de amores imposibles. Vero y Nando, Olaya y Pablo, Jose y Juan, Claudia y yo… todos tenemos una o varias historias sin tan siquiera un final, clausuradas por el cínico silencio y diseminadas por el paso del tiempo, a veces nuestro peor enemigo, a veces nuestro mejor aliado.

No se trata de medias naranjas ni de cuentos de príncipes y princesas, sino de mantener la esperanza. Es bonito pensar que la persona adecuada aún está en el camino que queda por recorrer y que será ella la que convertirá en fácil lo difícil, la que dará sentido a todo, la que hará que la espera haya merecido la pena... la que estará a nuestro lado para siempre.  

A fin de cuentas, creer o no creer en el Amor está en nuestras manos, es un acto de fe.  Hay quien ha perdido la fe y hay quien aún la mantiene. Y esto es lo que verdaderamente nos diferencia a unos de otros. Porque puedes creer en una causa, en una religión, en una ideología política… pero si pierdes la fe en el Amor, lo has perdido todo. 

OFF…

lunes, 11 de junio de 2012

EL RESCATE

ON…

MPBlog: Cecilia – mi querida España

A veces la actualidad manda.

Siempre he querido decir esto y hoy tengo la oportunidad de hacerlo con la que probable y desgraciadamente sea la noticia del año para los que somos y/o nos sentimos españoles.

Después de muchos meses de incertidumbre económica, plagados por medidas de recorte que permitieran ahorrar el dinero que las arcas del Estado no tienen, después de que los mercados internacionales nos ahogaran, de que el Ibex cayera en picado en las últimas semanas y de que la prima de riesgo despuntara hasta límites desconocidos en la era €uro, España ha doblado la rodilla finalmente.

Tristemente para el que escribe estas líneas, hoy hago la reseña del rescate financiero que el Ejecutivo español se ha visto obligado a solicitar a la UE para tratar de sanear la banca y reactivar la economía del país. El eufemismo línea de crédito usado por el presidente Rajoy y maquillado como un logro en lugar de como una fatalidad se convirtió el pasado fin de semana en motivo de portadas de la prensa nacional e internacional y en tema recurrente en las principales redes sociales.

Se veía venir. Tanta tijera al estado del bienestar, hasta el punto de suprimir 10 mil millones de euros para sanidad y educación, el desastre de Bankia al borde de la quiebra, cuyas cifras reales de recuperación ascendieron a más de 20 mil millones de euros (triplicando las estimaciones iniciales), así como unos índices de paro insostenibles en torno al 25% y cercanos al 50% en la población juvenil, no hacían más que avocar al país a una decisión como la que fue tomada en la teleconferencia del pasado sábado 9 de junio por los ministros de economía de los países de la Unión.

Un rescate que si bien parece que será sin intervención en la política económica como ha ocurrido en Grecia o Portugal, sí que supondrá un mayor control y supervisión de la economía de España desde Bruselas. Si no se cumplen las medidas impuestas, podría dejar de llegar el dinero, han advertido. Y es que el tope de 100 mil millones de euros establecidos para el rescate asusta sólo con verlos escritos.

La duda planea ahora sobre el viejo continente. Si este rescate no logra amansar a los mercados, las consecuencias podrían ser fatales no sólo para España, sino para la integridad del euro tal y como lo conocemos ahora mismo. Sin ponernos catastrofistas, quiero lanzar desde aquí ese mensaje de optimismo que tanta falta hace, esperaremos a que las cosas vayan siendo, manteniendo la confianza de que, con tiempo y esfuerzo, lograremos salir de ésta, la crisis más voraz que se ha vivido en los últimos 30 años. Para que así, la próxima vez que escriba sobre este tema, sea para anunciar que todo se está recuperando, que la normalidad y la prosperidad que nunca debieron ponerse en peligro, han vuelto a formar parte de la vida en España y de sus habitantes.

Porque España no es ese país de vagos y corruptos que ahora mismo nos hacen creer que somos. No. Aunque los haya, me niego a pensar eso. España es un país lleno de recursos y posibilidades, de gente preparada y trabajadora, acostumbrada a luchar y a no rendirse por muy negras que se pongan las cosas. No somos el país de fiesta y pandereta del que tanto se ríen, burlan y apiadan más allá de nuestras fronteras, pero al que no dudan en ir a operarse y en el que año tras año pasan sus vacaciones. Tirándonos piedras sobre nuestro propio tejado sólo lograremos derrumbar todo lo que las generaciones precedentes construyeron con mucho sacrificio durante décadas. En nuestras manos está defender la posición que nos corresponde y demostrar al mundo de cuánto somos capaces. Ahora, más que nunca, es cuando hay que estar unidos, olvidarse de los intereses personales y luchar por un bien común. Y si suena a utopía, hagamos de los sueños una realidad.

Por los que nos dejaron una maravillosa y hermosa herencia de libertad, por nosotros que estamos sufriendo las consecuencias de una crisis que parece no tener fondo ni fin y por los inocentes que vienen detrás y que de nada tienen culpa... Puede que no hayamos podido ni sabido evitar el temido e indeseado rescate, pero sí podemos aprender de los errores cometidos y mirar hacia adelante con esperanza.

Para lo bueno y para lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en el rescate...

Es nuestra oportunidad. Es nuestra responsabilidad. Es momento de reiniciar España.

OFF…