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MPBlog: 'Stand by me' - Shayne Ward.
La primera temporada de 'La Señora', la serie de la 1 ambientada en la Asturias de los años 20, puso el punto y aparte anoche con un capítulo que obtuvo récord de audiencia (prácticamente 4 millones de espectadores) y liderando (con un 23,9% de share) sobre el resto de las ofertas del jueves.
He de decir que empecé a ver la serie sin muchas ansias, por estar vagamente referida y rodada en mi región. A día de hoy puedo decir que es una de las series que más enganchado me han tenido esta temporada.
Es una serie con encanto. El aura que desprende la casa de los Márquez es tan intensa y personal que logra transportar al espectador casi 100 años en el tiempo para mostrarle una historia llena de tramas sociales y personales que se entremezclan unas con otras con gran naturalidad y dinamismo.
El reparto de la serie es una delicia interpretativa: desde el perverso Gonzalo (marqués de Castro), hasta la simpatía de la cocinera bonachona Adelina, pasando por la entereza de Vicenta, la astucia de Alicia Santibáñez (la regenta del prostíbulo), la luchadora por los derechos del pueblo Encarna o el 'envarado' y estupendo personaje de Hugo de Viana (papel desempeñado por un genial y carismático Raúl Peña que por fin deja atrás su época de 'Un paso adelante').
La serie, para los que no la hayan visto nunca, narra la vida en una ciudad del norte de España durante los años 20. La historia se centra en la casa de una familia adinerada donde viven los hermanos Márquez (Victoria, que es a la que se refiere el título de la serie y Pablo). A partir de la muerte de su padre, ambos deben unirse para llevar a buen puerto el próspero negocio familiar que heredan y así evitar las pretensiones de Gonzalo de hacerse con la propiedad de la mina.
Por su parte, Victoria se enamora en su juventud de un chico modesto llamado Ángel (papel interpretado por un polifacético y comprometido Rodolfo Sancho). La diferencia social entre ambos, así como causas de fuereza mayor propiciadas por el Marqués y la Iglesia terminarán por separar a ambos y convirtiendo a Ángel en sacerdote; estableciéndose así, en principio, una barrera insalvable para la consecución de ese amor real pero imposible.
Las revueltas con los mineros, los vicios ocultos del prostíbulo de la comarca, la defensa de los derechos de la mujer o la vida en el ejército son otros de los muchos temas que toca con maestría 'La señora', todo tintado con grandes o pequeñas dosis de acción, drama, comedia y mucha, mucha intriga.
Y es que, en 'La Señora' quien más y quien menos esconde un secreto. Las conspiraciones están a la orden del día. La venganza, los intereses ocultos y la desconfianza acechan a cada paso que dan los personajes.
Parece mentira que casi un siglo después sigamos igual. La sociedad puede que haya cambiado enormemente, pero las vidas de cada uno siguen siendo en muchos casos un gran secreto, un nido de dudas e inseguridades que a veces no alcanzamos a entender ni nosotros mismos. Lo que vemos, lo que oímos, lo que sabemos de los demás... todo se acumula en nuestra cabeza tejiendo un complejo entramado que esconde nuestras vivencias.
Miedo, defensa, cautela...
Sólo uno mismo puede llegar a saber los motivos de lo que dice... y de lo que calla.
Tratamos de protegernos a nosotros mismos y también a los que más queremos, pero sin faltar a la transparencia y al compromiso que adquirimos con las personas que confían en nosotros. Todo ello hace que hasta la vida más simple y absurda se convierta en un gran enigma que espera sin prisa a ser resuelto.
La gente me suele decir que soy complejo, que es difícil llegar a conocerme realmente. A veces pienso que no se equivocan.
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