domingo, 31 de enero de 2010

IN EINEM JANUAR AUF ERASMUS...




... habe ich geputzt, gekocht und gewäscht.

... haben wir den Geburstag von Toni und Tania im Shansi Bar gefeiert und auf la barra 'La bomba' getanzt.

... habe ich endlich einige Vorlesungen verstanden.

... war ich erstmal in der Bibliothek (und da habe ich geschlafen).

... habe ich die 'Zukunftwohnung' besucht.

... konnte ich fast eine ganze Nacht auf Deutsch sprechen.

... habe ich mein Zimmer mit Fotos redekoriert.

... hatte ich durch 6 Stunden eine interessante Architektur Unterhaltung.

... habe ich (noch mal) 'El principito' gelesen.

... habe ich eine Satz, die ich lange Zeit erinnern werde, hören.

... habe ich ein neuer Zelda (Spirit tracks) gespielt.

... habe ich eine Schweine aus Tokyo bekommen.

... habe ich das Ende des 'Gran Hermano 11' live geniesst.

... hatte alle Hände voll zu tun.

... habe ich mit der Schnee gespielt.

... habe ich tickets nach Spanien gekauft.

... habe ich meine Familie vermisst.

... war der ganze Campus weiss und unten 0 Grads.

... habe ich meine Exzellenz Stipendium bekommen.

... haben wir eine Paella mit Hase für 11 Personen gegessen.

... war ich unsicher über was ich will und wer ich liebe.

... habe ich (nicht so) viele Biere getrunken.

Worum kann ich mehr bitten?

jueves, 28 de enero de 2010

LA ANTESALA DEL FUTURO

ON...


Y volvió a ocurrir. Al igual que en las diez ediciones anteriores, Gran Hermano 11 llegó anoche a su fin tras 144 días de convivencia (la más larga en la historia del programa en España). Por su parte, hoy se cumplen 150 días de 'mi otra vida', así que puede decirse que el recorrido de ambas experiencias es paralelo. Tan paralelo que es casi coincidente, pues no me imagino la una sin la otra en estos últimos 5 meses que se han pasado como un suspiro.

Anunciaba entonces mi cambio de aires como un nuevo horizonte a descubrir y la undécima edición del reality (España vuelve a ser el primer país del mundo en alcanzar esta cifra) que cada año me hace vibrar como una nueva era totalmente desconocida. Hoy, ese horizonte ya es familiar para mí y GH11 un buen recuerdo que ya empiezo a echar de menos.

Nunca creí poder escribir esto hoy. Seguir la edición a casi 2000km de la casa de Guadalix no ha sido del todo fácil, siempre me enteraba de algo que había ocurrido en la gala de los jueves que estropeaba, en cierto modo, la emoción de verlo. Bien fuese el traje de fruta o verdura de Mercedes Milá, el expulsado o los nominados de la semana, la polémica generada en plató... Es difícil mantenerse al margen de un programa que genera tanta expectación y movimiento en los medios, así que aunque viera la gala sólo con 24 horas de retardo, me ha resultado complicado mantener la pureza del formato cuando se disfruta en directo.

Pero GH tiene tanta fuerza y tanta magia, que ayer ocurrió lo que tenía que pasar. Apenas 15 minutos antes de empezar la gran final y cuando yo ya tenía asumido que sería hoy y no ayer cuando podría verla a través de la web de Telecinco y que probablemente me enterara sin querer del ganador o ganadora antes de tiempo, hablaba con una amiga que preparaba como cada año la cena en compañía de su chico para sentarse a disfrutar de la velada. Así es como le gusta a Mercedes, las reuniones de familiares y amigos que se juntan esa noche como si de algo especial se tratara. Estaba claro que ese no sería mi caso este año, ¿o sí?

Un arranque de inspiración me hizo buscar en la red alguna forma de poder ver online y en directo la final y, cuando ya lo estaba dando por perdido... lo encontré: ahí estaba, una pequeña ventana mostrando anuncios me ponía los pelos de punta al pensar que sí, que un año más sería uno de los más de 4 millones y medio de personas (que se tradujo en un increíble 29,5% de share) que vivieron con intensidad anoche cómo Ángel se alzaba con la victoria y el maletín de 350000€ gracias al 78,5% de los votos de la audiencia votante del reality. Mientras tanto, las ferrolanas madre e hija, Pilarita y Saray, se tuvieron que conformar con la tercera y segunda plaza, respectivamente. Sigue estando claro, en lugar de mostrar el desgaste natural de otros programas, el formato posee una fortaleza, unos seguidores y un poder de convocatoria envidiables.


Y si pensaba sentirme solo viendo la final, también me equivocaba. Apoyos por el Facebook, conversaciones por el MSN comentando la jugada, mensajes en Tuenti y SMS al móvil de aquellos que pensaban que no la estaba siguiendo. Todos saben que para mí GH es algo más que un mero programa de televisión y nadie quiso faltar a la cita. Había prometido que rodarían cabezas si alguien me desvelaba algo, pero al final supe adelantarme a todo y a todos.

Recuerdo ese 6 de septiembre del año pasado cuando entraron, como diría Mercedes, 17 valientes y generosos concursantes repartidos en dos casas (la casa 11 y la casa espía). Muchas cosas, buenas y malas, han ocurrido desde entonces. Al final han sido 20 los que han conformado la plantilla oficial de concursantes de esta edición; entre los que estuvieron un paralítico, un transexual, una madre y su hija, un matrimonio de lesbianas, una rusa de Roquetas del mar, una chica bipolar y su alter ego Rosita, un semental machista, varios pivones, una negra bisexual con mucha plancha, un hippie moderno y algún que otro chulillo venido a menos.

Secretos que guardar, espías y apuestas, trasvases de una a otra casa, abandono y amenaza (el de Lis), expulsiones por parte de la organización (Gonzalo e Indhira), nuevas incorporaciones (Gerardo, Carol y Carolina), unificación, repescas (las de Siscu, Pilarita y Carol), intercambio (Gerardo y Saray al Grande Fratello italiano), viajes solidarios (Ángel a Perú), disputas, nuevas formas de nominación, visita de una tribu de Papúa Guinea, fiestas en el ecologic bar y sexo, mucho sexo con el delfín-tiburón de Arturo como protagonista son algunos de los entresijos que ha tenido esta edición. Y Mercedes, en defensa a la dieta mediterránea, tuneada cada semana representando una fruta o verdura.

Si hay que decirlo todo, lo cierto es que la final de ayer no fue todo lo impresionante que me hubiera gustado. Faltó el confeti, el humo, las bengalas, la salida a lo grande de la casa de los finalistas y algo de espectacularidad en el momento de desvelar al ganador (el hecho de que Ángel se adelantara al levantar el maletín dejó la escena culmen de la noche un poco 'in albis'). Pero de todas formas, momentazos como el vídeo de las ordinarieces de Mercedes tras la cámara, el morreo con Gonzalo, el pasotismo del marido de Pilarita o la última bronca en la casa entre Ángel y Saray al ver sus comentarios en el confesionario hicieron de la gran final algo irrepetible.

Como señas propias y particulares de esta final estuvieron ese viaje al 'futuro' a la antesala de GH12, lugar escogido para desvelar la identidad del ganador, el mensaje grabado de Ángel para los próximos inquilinos o la cápsula del tiempo con objetos representativos de esta edición.
No faltaron tampoco momentos míticos y tradicionales, como bien manda la liturgia de GH, como son la entrega de las llaves del maletín de manos del ganador de la edición pasada, Iván Madrazo, la soledad del ganador en la casa, la alfombra (en este caso plateada) a los estudios de Telecinco, el 'se abre la puerta de GH por última vez este año para recibir a...' o el clásico apagado final de luces de la casa.

Mercedes Milá nos emplazó también para el debate final de esta noche con todos los concursantes y para la próxima edición del concurso, en la que se anuncia una 4ª dimensión muy prometedora.
Algunos ven en Gran Hermano sólo un programa basura donde se junta a lo peor de cada casa y se premia el morbo, la obscenidad, la falta de educación, el descaro y la sinvergonzonería. Los que adoramos el formato por encima de todas las cosas, lo seguimos con ilusión año tras año, estemos donde estemos y lo defendemos pase lo que pase y emitan lo que emitan, vemos en esas cuatro paredes todo un reflejo del mundo, lleno de ilusiones, esperanzas, pasiones, desacuerdos, decepciones, celebraciones, llantos, risas, sensaciones y emociones de gente que desnuda su cuerpo y su alma ante millones de personas que desmenuzamos cada acto, cada gesto, cada palabra... entran siendo totalmente anónimos y desconocidos para, poco a poco, irse ganando nuestra confianza, nuestro aprecio o desprecio, nuestra simpatía, nuestra comprensión, nuestro apoyo, nuestra aversión. Ellos no lo saben, pero terminan formando parte de nuestras conversaciones, a unos los defendemos, a otros los atacamos... como si tuviéramos algún tipo de derecho o poder sobre sus vidas. Jugamos a ser dioses que opinan, juzgan y deciden.

Y al final, de la misma manera como vino, se va. Nos olvidamos de las anécdotas, de las broncas, de las pruebas, de los finalistas, de la casa e incluso de sus nombres. Otros llegarán para reemplazarlos y ocuparán ese mismo lugar. GH nos muestra lo crudo, banal, efímero, cínico y déspota que es nuestro mundo, pero nos hace creer que durante los tres, cuatro, cinco o los meses que sean que llegue a durar este programa en el futuro, fueron especiales y únicos. Que lo que allí se vivió mereció la pena. Para los de dentro... pero también para los de fuera.

Las puertas de la casa se han cerrado una vez más, pero a lo lejos ya se atisba un pequeño rayo de luz que sale de una puerta entreabierta. Al otro lado... Gran Hermano 12, y yo ansioso por ver lo que se esconde tras ella. No me lo perdería por nada del mundo.

OFF...

lunes, 25 de enero de 2010

TENER 20 AÑOS (PRIMERA PARTE)

ON...


Emulando al mítico Dúo Dinámico y cambiando sutilmente la letra de uno de sus grandes éxitos podríamos cantar aquello de: 20 (veinte) años (años) tiene mi amor, le gusta (gusta) tanto (tanto) la televisión...

Justo hoy, 25 de enero, hace 20 añazos que Antena 3 iniciaba su andadura. Si bien es cierto que ya un mes antes habían comenzado las emisiones de prueba, lo cierto es que fue tal día como hoy hace dos décadas cuando se comenzó a ampliar la oferta televisiva en España.

Este blog parece que últimamente gusta de recordar y escribir acerca de todas cuantas efemérides (más o menos relevantes) están teniendo lugar en los últimos meses, que ya son unas pocas. Así que vamos por una más...
Está claro que Antena 3 abrió en 1990 una nueva perspectiva al panorama televisivo español, rompiendo en cierto modo con el tradicionalismo del Ente público y dándole un nuevo toque a la caja tonta, a la espera de que se sumara Telecinco apenas un mes más tarde y se completara así el grupo de canales que durante aproximadamente 15 años pudimos disfrutar en abierto en la pequeña pantalla de nuestras casas.

Aunque no recuerdo los comienzos de Antena 3 (por razones cuasi evidentes), sí que tengo (y muchos) de algunos de sus programas y series más emblemáticos: en sus primeros años rompieron moldes las series 'Canguros' (con mi adorada Paula Vázquez haciendo de Nancy), 'Hermanos de leche' (genial dúo entre José Coronado y Juan Etxanove, que luego sería sustituido por el Wyoming) o 'Los ladrones van a la oficina' (indescriptible comedia con algunos de los mejores actores nacionales), los programas de entretenimiento como 'El juego de la oca' (qué buenos momentos me hicieron pasar Emilio Aragón y Lydia Bosch), 'Sorpresa, sorpresa' (o la máquina de hacer sueños de Isabel Gemio), 'Lo que necesitas es amor' (y su famosa caravana del amor), 'La parodia nacional' y 'Alta tensión' (ambos programas con la irrepetible voz de Constantino Romero) o 'Lluvia de estrellas' (de cómo los anónimos atravesaban una puerta llena de humo y salían convertidos en conocidos artistas).

Luego llegaría la eterna 'Compañeros' (retumba y retumbará siempre en mi cabeza el No te fallaré...), 'Manos a la obra' (Manolo, Benito y su lalilo lalo leiro...), 'Sabor a ti' (o la culminación del éxito de Ana Rosa Quintana), 'Furor' (ese frenético duelo musical entre famosos con Alonso Caparrós al timón), el 'Club Megatrix' (volvemos en un trix) o 'Trato hecho' (con el ratón virtual Lolo).

En la última década triunfaron 'Aquí no hay quien viva' (con el portero como seña de identidad), 'La isla de los famosos' (en sus versiones de isla, selva y sabana), 'Pasión de Gavilanes' y 'Yo soy Betty, la fea' (telenovelas que engancharon a medio mundo), 'Homo zapping' (crítica a la televisión desde la televisión), 'DEC' (el corazón más polémico y agresivo hasta la llegada del tomate), 'Buenafuente' (el gran causante del final de 'Crónicas Marcianas'), 'Un paso adelante' (que llenó carpetas y carpetas de jovencitas con fotos de sus protagonistas) o 'El diario de Patricia' (que ahora es de Sandra).

Actualmente (y ya desde la ampliación de las cadenas generalitas), Antena 3 ha perdido bastante fuelle, pero aún cosechan éxitos la reedición de 'La ruleta' (con Jorge Fernández invicto durante casi tres años), 'El internado' (la tensión y el misterio de la Laguna Negra), 'Física o química' (la nueva generación de jóvenes) y 'Doctor Mateo' (una vuelta al entorno rural).

Inolvidable será 'Farmacia de guardia' (de la que se está preparando una tv movie), los inicios con Silvia Jato del veterano 'Pasapalabra' (que perfectamente ha sabido revitalizar Telecinco), ver una y otra vez series americanas como 'El príncipe de Bell-Air', 'Sabrina: cosas de brujas', 'Padres forzosos', 'Primos lejanos' o 'Cosas de casa', momentos solidarios como las diez ediciones del 'Telemaratón' o las últimas galas de 'La noche de los inocentes', las noticias con Matías Prats y Susanna Griso (que ahora conduce con éxito el magacín matinal 'Espejo público') o hace unos años con Jose María Carrascal (y sus corbatas estrafalarias) y Rosa María Mateo. Y todo ello, siempre rehogado con una buena sesión de 'Los Simpson' a la hora del almuerzo (uno de los estandartes de la cadena).

Algunos dicen que 20 años ya son toda una trayectoria, otros consideran (como bien dice el logo de la propia cadena) que con esa edad aún se tiene toda la vida por delante. Pero lo cierto es que, como todo, depende de la perspectiva desde la que se miren las cosas. Para un mosquito 20 años es algo inimaginable, para un árbol algún que otro surco de más. Estar 20 años con una persona es mucho tiempo y en el cómputo de la historia de la humanidad 20 años apenas tienen importancia. Un ordenador de 20 años es toda una reliquia, mientras que un libro de hace 20 son sólo páginas que empiezan a destintarse. Puede que un chaval de 20 años sea sólo un yogurín imberbe e inexperto para los que ya pasan el cuarto de siglo, pero será todo un hombretón, hecho y derecho, para las quinceañeras.

Me queda la duda entonces... ¿son mucho 20 años? ¿suficientes? ¿o demasiado pocos?

¿Me puede ayudar alguien a dar respuesta a esa pregunta que ahora mismo ronda mi cabeza y que apenas me deja descansar? El problema es que la incógnita viene con fecha límite. He de tener desenmarañada mi indecisión antes de que Telecinco cumpla sus 20 años. Y para esto, como bien he dicho antes, queda poco más de un mes. En concreto, tenemos hasta el 3 de marzo. A ver si entre todos lo logramos. Nos vemos entonces, porque de momento (me guste o no), como bien decía Ernesto Sáez de Buruaga... Así son las cosas y así se las hemos contado.

Continuará...

viernes, 15 de enero de 2010

ES UN PLACER


MPBlog: 'Casi milagros' - Jose María Guzmán.

Para que luego no se me tache de pesimista y catastrofista, el post de hoy quiero que sea un recordatorio, una referencia de todo lo bueno que nos rodea.

Aunque la palabra PLACER la asignemos frecuentemente a la satisfacción que se siente cuando se es partícipe de algún tipo de acto sexual, lo cierto es que en tales casos estamos haciendo mención sólo a una pequeña parte del concepto, dejando de lado su dimensión más sencilla pero también más humana.

Así que, ya que no todo es entrar y salir, meter y sacar, dar y recibir... aquí os dejo MI lista de los 50 pequeños placeres de la vida, esas cosas tontas e incluso absurdas del día a día que nos hacen sentirnos mejor con nosotros mismos y en sintonía con el mundo. Y, cómo no, os invito a dejar a un lado vuestra apretada agenda durante media hora para elaborar vuestra propia lista. Seguro que al llegar a 50 querréis seguir poniendo cosas. Y lo mejor de todo es que puede hacerse interminable, siempre se puede ampliar...

LOS PEQUEÑOS PLACERES DE MI VIDA.


50. Tener un día libre para no hacer NADA.

49. Comer un bombón de chocolate.

48. Encontrar dinero en los bolsillos del pantalón o por la calle.

47. Engullir medio kilo de helado directamente del recipiente.

46. Beber agua fría cuando se tiene mucha sed o una taza caliente de café recién hecho cuando hace frío.

45. Dormir la siesta y quedarse diez minutos más en la cama por la mañana.

44. Quitarse los zapatos mojados al llegar a casa un día de invierno.

43. Salir de compras y que algo te salga más barato de lo que marcaba su precio.

42. Correr y gritar bajo la lluvia.

41. Decir la misma palabra al mismo tiempo que alguien.

40. Sonreir a alguien y que te devuelvan la sonrisa.

39. Mirar fijamente a los ojos y mantener la mirada.

38. Despertarse en medio de la noche y darse cuenta de que aún quede mucho para que suene el despertador.

37. Comer con las manos.

36. Pedir perdón sinceramente y poder perdonar sinceramente.

35. Echar dos horas en arreglarse y que alguien te diga lo guapo que estás.

34. Que te hagan caricias o te den un masaje.

33. Que te cuenten un secreto.

32. Conducir a toda velocidad por una carretera no transitada.

31. Recibir una nota de un examen y que sea mejor de la esperada.

30. Que alguien haga algo pensando en ti.

29. Cantar en la ducha o en un karaoke.

28. Llorar con una película o un libro.

27. Que te lleven el desayuno a la cama.

26. Hacer una pelea de bolas de nieve.

25. Que te dediquen una canción, una poesía, unas palabras...

24. Lograr algo que costó mucho esfuerzo.

23. Soñar algo bonito y recordarlo al día siguiente.

22. Bailar y saltar en la cama mientras suena tu canción preferida a todo volumen.

21. Darse un baño relajante de una hora e irse a dormir con sábanas limpias.

20. Salir una noche sin ganas y pasarlo en grande.

19. Pasear enchufado al ipod.

18.Compartir un ataque de risa.

17. Hacer alguna locura improvisada.

16. Disfrutar de una buena puesta de sol o de un amanecer.

15. Conocer nuevos lugares y personas.

14. Tirarse en el sillón con una manta a ver tu programa/serie favorito.

13. Reirse solo al recordar ése o aquél buen momento.

12. Recibir un mensaje, una llamada, una carta o una sorpresa agradable e inesperada.

11. Pedir un deseo mientras soplas las velas de la tarta de cumpleaños.

10. Reencontrarse con alguien a quien hace mucho tiempo que no ves.

9. Caminar descalzo sobre la arena mientras ves, hueles y escuchas el mar.

8. Quedarse atontado mirando al infinito mientras piensas en tus cosas.

7. Ir de sidras/birras con tus amigos una tarde de verano.

6. Dormir abrazado a alguien.

5. Tener una conversación intensa hasta altas horas de la madrugada.

4. Pasar una tarde y emocionarse viendo fotos y vídeos.

3. Que te acaricien el pelo y/o que te den un beso en la frente o detrás de la oreja.

2. Sentir mariposas en el estómago al empezar una relación.

1. Decir y que te digan te quiero.

Y tú, que tan bien sabes disfrutar de la vida... ¿Cuál es ese pequeño placer que te hace un poco más feliz?

martes, 12 de enero de 2010

TIRALA ABUELO, TIRALA

ON...

MPBlog: 'Mentira' - Manu Chao

Hay alguien que adora este anuncio. Bueno, en realidad supongo que a mucha gente le guste. Pero a mí sólo me recuerda a una persona. Así que va por ella.




Los publicistas de Iberia han hecho un buen trabajo estas navidades. Y además, se han puesto de acuerdo con el clima para que todo cuadre a la perfección.

Parece que el temporal de frío y nieve que asoló la península la semana pasada empieza a amainar. Pocos son ya los resquicios de nieve que quedan por las calles de ciudades que muy pocas veces se dejan ver vestidas con el manto blanco. Las carreteras empiezan a estar transitables y los quitanieves ya no están desbordados de trabajo (o al menos, no tanto como hace unos días).

Pero en el resto de Europa sigue el frío y la nieve. Algunos vivimos las 24 horas del día bajo cero. Reino Unido sí que ha vivido un auténtico caos debido a la ola de frío, aunque parece que ya ha pasado lo peor y que las cancelaciones de los vuelos han dejado de alcanzar cotas increíbles. ¡Cuánta gente habrá sufrido retrasos, pérdidas, noches en aeropuertos, hoteles,... a costa de la nieve. Y sin embargo, Iberia la utiliza como elemento recurrente en su último spot. ¿Parece mentira, no?

Mucho se ha hablado en este blog de la verdad y la mentira. Y estoy seguro que no será la última vez. Empiezo a pensar que estos dos conceptos que yo no considero totalmente contrapuestos me obsesionan ligeramente.

Pero no podía dejar pasar la oportunidad de jugar con el símil entre mentira y nieve. Como nos dicen de pequeños (o, al menos, a mí siempre me lo decían) las mentiras son como una bola de nieve: suelen empezar por algo muy pequeño e insignificante pero que si se continúa con ellas y se hacen rodar acaban por convertirse en algo enoooooooooorme.

Cada vez que escuchaba esto, siempre me imaginaba a mí mismo sepultado por una gran bola de nieve debido a una mentirijilla de nada. Quizás por eso me gusta tan poco mentir (y que me mientan, claro está). De hecho, los que me conocen (y los que no tanto, también) saben que no es que mienta mal, sino que directamente no sé mentir.

Soy de los que creen que la verdad tiene tantas y tantas caras que nos lo pone fácil para no tener que llegar a mentir nunca (o casi nunca). Perdón, porque esto que acabo de escribir es una gilipollez. ¿Cómo es eso de no mentir nunca si todos lo hacemos continuamente? Si contásemos la de veces que podemos llegar a mentir en un solo día, creo que nos asustaríamos. Podéis hacer la prueba mañana. Me apuesto lo que sea a que no os llega con los dedos de la mano.

- ¿Estás malo que vas a la farmacia?

- Sí, tengo un catarrazo (y toses ruidosamente aunque vayas sólo a comprar condones).



- ¿Quedamos mañana?

-¡Qué va! No puedo. Tengo que... (hay millones de variantes que acaban esta frase y no son verdad).



- ¿Cómo llegas tan tarde?

- Es que no encontraba las llaves (y estabas tirao en el sillón haciendo pereza hasta hace cinco minutos).



- Te llamé ayer y no me cogiste el teléfono.

- Es que tenía el móvil cargando... (¿Seguro?)


Bendita mentira de cuántos apuros nos saca. Ahora bien, cuando te cazan en un renuncio, el bochorno se multiplica por mil. Y eso que ya hay mucha gente que está tan acostumbrada a mentir, que ni se le suben los colores cuando la pillan. Hay mucho mentiroso compulsivo por ahí suelto. El otro día me contaron una historia real sobre mentiras digna de un guión de Almodóvar (de hecho cuesta tanto creer que es veraz que parece una mentira en sí misma). Lástima que sea larga de contar y pocas mis ganas de escribir. Para otro día... (mentira).

Odio que me mientan. ¿Esto ya lo he dicho antes, no?

Prefiero infinitamente que me digan algo que no quiero oir a que me mientan. Las cosas o se afrontan de frente o se pasa de ellas, pero no se tocan de refilón. Quien se piensa que se protege con la mentira, sólo está consiguiendo una cosa: convertirse y/o reafirmarse como mentiroso.

Sí, definitivamente la mentira es como la nieve. Blanca, pura y muy bonita al principio, pero que acaba negra y pringosa a medida que se deshace.

No confío en la gente que miente y menos aún en la gente que me miente, pero hace ya mucho tiempo que dejé de ser la conciencia de nadie.

Quien no aprendió la lección en su día, nunca la va a aprender. Y como no soy quién para sacarle los colores a los demás, voy dejando sin querer que la bola se haga cada día un poquito más grande. Sólo espero que ninguna de esas bolas llegue nunca a sepultar nada ni a nadie.

OFF...

miércoles, 6 de enero de 2010

SIGUIENDO MI ESTRELLA


Queridos Reyes Magos:

Puede que les extrañe recibir una carta un día como hoy. Ya sé que lo normal es enviarla antes para así asegurarse que les llegan nuestras peticiones a tiempo, pero lo cierto es que no me dirijo a ustedes para pedirles nada.

Aunque su noche de intenso trabajo haya terminado y deseen tomarse unas merecidas vacaciones, seguro que ahora empiezan a recibir las pertinentes reclamaciones: que si el juguete no funciona, que si la talla de ropa no era la correcta, que si esto está roto... Sólo espero que las tiendas y grandes almacenes les echen una mano en este período de rebajas que mañana da comienzo. Yo estoy muy satisfecho con todo lo que me han traído este año. Así que no, esta carta tampoco tiene como objetivo manifestar ningún tipo de queja. Más bien todo lo contrario.

Por la presente tan solo me gustaría expresar mi gratitud por hacer, una vez más, de la tarde-noche de ayer y la mañana de hoy un momento mágico. Les vi en la cabalgata hablando perfecto español (cómo se nota su dominio de las lenguas) y más de cerca que nunca. Tanto que casi les pude tocar. Por la noche dejé rigurosamente mis zapatillas bajo el árbol y me fui a dormir con la misma ilusión que siempre. Al despertarme, me sorprendió un salón repleto de regalos y buenos deseos. Ni rastro de carbón. Querrá decir eso que he sido bueno...

La verdad es que ha sido un año complicado. No me atrevo a decir duro ni malo, porque estaría dejando de lado todos esos momentos maravillosos por los que he pasado, pero sí que ha tenido sus más y sus menos. Y es que este ha sido un año lleno de contrastes.

Comencé el año ejerciendo de inversor jugando al monopoly, quedando claro que no es lo mío eso de las finanzas. Desayunar los churros en mi chocolatería preferida al abrigo de una agradable conversación no hacía presagiar lo que el destino tenía preparado para mí. De hecho, todo empezó de forma inusitadamente tranquila, hasta que apenas una semana depués de dar comienzo el año me llevé mi primera decepción. Así fue que lloré por primera vez en 2009, pero las lágrimas se llevaron todo a su paso e hicieron que las aguas volvieran a su cauce. No sería por mucho tiempo.

Cumplí un año blogueando y prometí hacer una entrada especial que nunca llegó, disfruté de la final de GH 10 viendo cómo Iván Madrazo se hacía con la victoria y se lanzaba en tirolina por la Sierra de Madrid. Llegaron los exámenes, quizás una de las convocatorias más duras a las que me he enfrentado y con ellos más lágrimas. La tensión y el estrés acumulado durante todo un mes, unido a uno de los mayores sustos académicos que puedan darte, hicieron que estallara en mí la bomba de relojería que llevo dentro. Fueron la ternura, los cuidados y el cariño los que lograron apaciguar mis nervios y darle la vuelta a una tortilla que parecía estar quemándose por momentos. Al final y contra todo pronóstico, terminó saliendo dorada y en su punto. Y como había que celebrarlo, una fiesta loca me llevó a terminar en la cama de una de mis mejores amigas.

A partir de ahí renació en mí el optimismo y con él también lo hizo este blog. Llegaba la primavera y con ella muchas novedades, ilusiones y proyectos. Disfrazarme de mago en Carnaval trajo mucha magia a mi vida. Así se iniciaba el cuatrimestre más agobiante de la carrera, pero también el más dulce y gratificante. A falta de completar mi último año, creo que ese será, sin duda, el mejor periodo de mi periplo universitario. Y es que reencontrarme con Jorge fue toda una alegría, como también lo fue llegar a la entrada número 100 del blog, pero aún había muchas más cosas reservadas para mí.

Una sonrisa, una pregunta, una coincidencia (o varias) y un poco de intención me transportaron a una dimensión paralela. Un lugar donde, por primera vez, todo era verdad. Así es que me fui a Innsbruck de visita a reposar mis sentimientos y volví completamente renovado con el aire fresco de los Alpes.

Mientras Sardá y 'su tribu' se estrellaban con su nuevo experimento televisivo, yo empecé un nuevo camino que me hizo encontrar 'la golosina de la naturaleza'. La caída de la pulsera parisina me devolvió la fe en lo que no perciben los sentidos, tanto como para llegar a cegarme. Sabía que la felicidad de ese momento tenía fecha de caducidad pero, como aquél que no quiere que le despierten del sueño en el que se encuentra, lo aposté todo a caballo perdedor. Y aun así, NUNCA jamás me arrepentiré. Viví el mismo cuento de hadas que Alexander Rybak en Eurovisión, mientras que nuestra representante Soraya quedaba en una ridícula penúltima plaza...

A las puertas del verano vi cómo el BarÇa se proclamaba campeón de Europa, me tuve que despedir de mi Ibiza, de Michael Jackson, de la televisión analógica y prácticamente (aunque no del todo) de MI mundo naranja. Con la seguridad y el autoestima a tope, no había nada que pudiera estropear el momento y así fue cómo con los meses estivales llegó un periodo de baja actividad bloguera, pues mi cuerpo y mi alma se repartieron, un vez más, entre Alemania, Italia y 'la tierrina'.

Aprendizaje, personas, cultura, deporte, confesiones, fotos, familia, amigos y algo más, sidras, cenas, turismo, sol, granizo, tiendas de campaña, residencias, hoteles, casas de verano, castillos, aventura, fiestas, playas, montañas, el Circo del Sol, Harry Potter en alemán, UP, trenes, aviones, barcos, metros, tranvías, bicicleta, coches... y todo lo que no cabe aquí.

Los últimos días de agosto acabaron con el sueño, y despertar de él me hizo volver a llorar. Sería la última vez (en el sentido estricto de la palabra) que lo haría hasta ahora. Eso sí, una nueva etapa muy prometedora se abría más allá del horizonte y por eso me volví a dormir para poder seguir soñando. No imaginaba yo que soñar a tanta distancia podía llegar a doler tanto. Pero el caso es que seguí soñando...

Ya instalado en mi adorada Alemania, me volví a enganchar a Gran Hermano y Pekín Express, prolongué mis vacaciones como nunca y festejé todo lo que puede festejarse y más. Fue mi verano más largo. Un verano de más de 100 días totalmente inolvidables.

Con la repentina bajada de temperaturas y el consiguiente primer catarro me sorprendió un otoño al que yo no quise dar la bienvenida. Quizás por eso el sueño se tornó pesadilla. Una pesadilla llena de despedidas que no encontraron hueco en la programación de mi agenda.

Un silencio provocado anunció a gritos la primera despedida. No me esforcé ni un segundo en retener porque sabía que no había nada que hacer, pero sí le dediqué siete días de asimilación y UNA única lágrima recorrió mi mejilla. Quizás no fue suficiente.

Sin tomar respiro y casi disfrazado de Kaufland me sorprendió la segunda despedida. Acudí y me esforcé en retener, pero no había nada que se pudiera hacer. Tirado por varios aeropuertos de toda Europa le dí mi último adiós, justo antes de embarcarme en una Road-Trip alucinante que dejó las lágrimas atrapadas, congeladas en el interior de mis ojos. Se cumplieron 20 años de la caída del muro de Berlín, los 40 de Barrio Sésamo y los míos más amargos. Por mucho que se esforzara el resto, yo no tenía mucho que celebrar...

Pero como no hay dos sin tres, llegó la tercera despedida. Si mis ojos no se habían empañado por las anteriores, no lo iban a hacer por ésta así que, simplemente, asumí. Una noche de desfase fue la única forma que encontró mi subconsciente de escapar de todo. Lo que yo no sabía es que las lágrimas son parte del dolor y si no se echan fuera, éste permanece.

Así fue como mi frente quedó marcada para siempre en el Erasmus, haciendo que despedirme de Stuttgart temporalmente fuera la primera despedida deseada del año. Volver a casa de sorpresa por Navidad no me ha devuelto la felicidad que algún día tuve, pero era algo que necesitaba. Y 2009 llegó a su fin con multitud de reencuentros, ejerciendo de guía por mi ciudad y visionando los vídeos del verano, con Telecinco fusionándose con cuatro, Belén Esteban con su nueva cara y Belén con Telecinco en las campanadas.

El año ha sido largo y ha dado para mucho. Podría alargar esta carta hasta hacerla kilométrica pues son muchas las cosas y detalles que se quedan en el tintero de mi memoria, pero creo que ya les he robado mucho, demasiado tiempo a sus Majestades en su día de descanso.

Ahora me toca volver a despedirme de los míos y regresar a la alocada e intensa vida Erasmus.

El año pasado les pasé una nota con mi mayor deseo y me lo concedieron. Ahora les dejo que ustedes dispongan y que la vida me sorprenda. Y si puede ser positivamente, mejor. Yo, por mi parte, prometo seguir siendo bueno.

Su más acérrimo defensor.

viernes, 1 de enero de 2010

LA ERA SIN PUBLICIDAD

ON...

MPBlog: '21 guns' - Green Day

Cuántas veces hemos escuchado de boca de los presentadores de televisión eso de no se vayan... volvemos enseguida, verán eso sólo durante la publi, unos cuantos anuncios y regresamos y tantas otras muletillas que nos introducían en el mundo del consumo y las compras, mientras nos dejaban a medias con nuestro programa o serie.

Pues desde ya, esto no ocurrirá NUNCA MÁS. Al menos en los dos canales de la televisión pública española. Ya anunciaba aquí hace unos meses el intento de tve de erradicar totalmente la publicidad. Si bien la ley iba a entrar en vigor en septiembre, al final se ha demorado unos meses y es hoy, 1 de enero de 2010, cuando han comenzado las emisiones sin anuncios. El último anuncio contratado, el de Mastercard, lo pudimos ver durante la retransmisión de las campanadas de fin de año con Anne Igartiburu y Manuel Bandera que, una vez más, han barrido con más del 50% de share frente al más del 20% logrado por J.J. y la Esteban. Eso sí, Telecinco ha logrado en gran parte su objetivo de acaparar a un buen número de espectadores en los últimos minutos del año. Y todo, gracias a la 'princesa del pueblo'.

Pero a lo que íbamos. La nueva Ley de Financiación de la televisión pública aprobada por nuestros políticos libera 8000 horas anuales de la programación de La 1 y La 2. Esos 480000 minutos serán empleados en una mayor duración de los informativos, más programas de producción propia, deporte, cultura y contenido social.

Ya podemos ver películas sin que se alarguen tres horas, las series sin que las corten a cinco minutos de llegar al final o las infinitas pausas e interrupciones de los programas en directo. Sólo habrá parones en aquellos espacios que, por su contenido y estructura, así lo exijan y serán únicamente dedicados a autopromociones de la propia cadena, pero en ningún caso publicidad externa.

Siempre se ha dicho que las televisiones existen gracias a la publicidad o que la publicidad era la que da de comer a los programas, pero nuestro ente público le ha dado una importante estocada a las privadas. La 1, tras haber logrado el título de cadena más vista en 2009 tras cinco años de liderazgo de Telecinco, aumentará este año, a buen seguro, tal diferencia. Les va a resultar muy difícil a sus rivales poder hacer frente a esta medida, por lo que probablemente La 1 quede como cadena destacada y la lucha encarnizada se establezca entre Telecinco (y su fusionada Cuatro) y Antena3 (y su probable fusión con La Sexta). Es decir, que volvemos al punto de partida de las televisiones en nuestro país, cuando nadie le hacía sombra a la televisión del Estado y las otras dos se partían la espalda por la segunda plaza.

Algunos dicen que esta medida drástica de acabar con la publicidad no es beneficiosa para nadie: ni telespectadores, ni la propias cadenas, ni la competencia, ni los anunciantes. Creen que la mejor opción hubiera sido una reducción de los anuncios pero sin finiquitarla por completo. También los hay que opinan que esta situación será insostenible durante mucho tiempo y que, tarde o temprano, volverán los anuncios. Lo cierto es que el tiempo dirá qué consecuencias y repercusiones se darán tras la reforma televisiva, pero de momento podemos empezar a disfrutar de una nueva forma de ver la televisión.

Tras 54 años de anuncios, renovarse o morir. Comienza una nueva era.


OFF...