jueves, 22 de septiembre de 2011

JYSH–LA DESPEDIDA DEL MAR (T3, C10 - Season finale)

ON…

MPBlog: wake me up before you gogo

Ya ha pasado prácticamente un mes desde entonces y todavía me pregunto si tomé la decisión correcta…

Después de decirle a mis padres que Jose me había ofrecido la posibilidad de irme a trabajar a Alemania y que aceptaría su proposición, quise intentar que las cosas con Antía acabasen como un buen recuerdo. Después de todo, ella era uno de los motivos de que este año haya sido tan especial. Quería decírselo en persona, así que estuve esperando la oportunidad para hacerlo durante varios días.

Antes, y aprovechando que Luis y Loli me habían traído bebida y comida típica de la tierra, quise compartir con mis amigos un picnic al atardecer en el parque de la ciudad. Contento y nervioso como nunca, salimos cargados de casa con las botellas y la comida. Me dio igual ver cómo perdíamos el bus delante de nuestras narices. No había nada que me quitara la alegría en ese momento.

- Chicos, tengo que deciros algo importante. Ya sabéis que he estado indeciso acerca de si irme o quedarme en el futuro próximo. Pues bien, creo que ya lo tengo claro, el mes que viene empiezo a trabajar en Alemania…

Todos empezaron a darme la enhorabuena y a brindar por mí con la última botella de ron. Casi acabamos bañándonos en el lago para celebrar la que se supone era una gran noticia. Con la adrenalina a tope he de decir que la noche fue estupenda y loca, como tantas otras noches estupendas y locas vividas a lo largo de este año.

Al despertarme al día siguiente, sin embargo, tenía un nudo en el estómago. Y no, no era por la resaca… Después de meditar un rato tumbado en la cama mirando al simio, me autoconvencí de que lo que estaba haciendo era lo más sensato, una posibilidad estupenda de conseguir un buen trabajo, tomar un nuevo camino, encauzar mi vida y alejarme de Antía, que se había convertido en una ilusión que se me escapaba de las manos. Después de todo, si no era por ella, tampoco tenía demasiado sentido que me quedara allí por más tiempo. La etapa de retiro, ese año sabático que tantas veces había soñado parecía haber llegado a su fin.

Y los días iban pasando y con ello la nostalgia iba en aumento. Ante la imposibilidad de decírselo cara a cara y viendo que el tiempo se agotaba sin remedio, quise seguir siendo fiel a mis sentimientos, así que le escribí un mensaje a Antía para comunicarle que me iba. Después de varios días sin hablarnos, pareció que esta noticia la hacía reaccionar. Casi al instante me respondía diciéndome que no podía creer lo que le estaba contando, que fuera capaz de abandonar con tanta facilidad el lugar y la gente con la que había sido tan feliz. Incluso llegó a decirme que lo dejaría todo para irse conmigo. Una vez más, desmedida y desproporcionada con las palabras, que en su boca volvían a perder todo el peso y el valor de las promesas sin cumplir. Lo cierto es que ya no había vuelta atrás. Mi decisión, quizás precipitada, estaba tomada.

Le dije que, pese a todo, me gustaría despedirme de ella en persona, verla una vez más… Me alegró que me dijera que haría lo imposible por ello. Acordamos que la quedada fuese frente al mar, frente a ese mismo mar donde habíamos pasado juntos algunos de los mejores momentos del verano, de esos que se mantienen vivos por y para siempre.

Quise llegar un poco antes de la cita para prepararme psicológicamente. Aquel lugar guarda para mí demasiados recuerdos y quería disfrutar de él en soledad. Mientras sentía las cosquillas de la arena al enterrar mis pies en ella, la luz del sol iluminando mi cara y la brisa acariciando mi piel, me quité la camiseta y, poseído por esas ansias de libertad, corrí hacia la inmensidad del mar. Las olas chocaban y rompían en mi pecho empujándome con tal fuerza que parecía que ellas también supieran que las estaba diciendo adiós. Volver a imbuirme en el cálido frescor de esas aguas me hizo sentirme inmerso, fundido e integrado con todo lo que me rodeaba. Sin darme cuenta, había encontrado mi rincón, mi paraíso terrenal. En ningún lugar antes me había sentido como allí.

De repente llegaron a mi mente toda una maraña de imágenes, instantes, personas, lugares… y empecé a recordar aquellas palabras que, borracho y colocado, había escrito en el ya lejano día de San Valentín:

Yo sé que Tania está hecha para mí. Sé que algún día caminaremos juntos por ese muelle donde cada tarde se oculta Lorenzo y nos besaremos en una de esas barcas que apenas aguantan el peso de una persona.

¡Claro! Todo el año esperando a Tania y en realidad no era exactamente Tania… Las letras se reordenaron en mi cabeza hasta formar otro nombre…

T-A-N-I-A --------------------> A-N-T-I-A

¿Y si era ella la persona que había estado esperando todo este tiempo? ¿Y si mi inconformismo y mi impaciencia me estaban impidiendo darle (y darme) la oportunidad que se merecía? ¿Y si sólo ella podía darle sentido a todo?

- ME QUEDO - pensé. En cuanto venga se lo digo.

Y dejando volar la imaginación nos vi besándonos en la orilla del mar esperando a que salieran los créditos en pantalla. Seríamos felices para siempre...

Antía nunca acudió a la cita. Los minutos pasaron y me harté de llamarla a un móvil al que nadie parecía querer responder. La impotencia, la rabia y la desilusión hicieron brotar una lágrima, salada como el mar. Y empañados mis ojos sentí con esperanza que mi teléfono vibraba… Catalina UNIA ponía la pantalla.

Al otro, lado de la pasarela de madera que daba acceso a la playa, vi una figura que conocía bien. Era Cata. Con el móvil en una mano y la otra levantada haciéndome señas. Se acercó corriendo, me abrazó, me secó las lágrimas y me ofreció una de sus mejores sonrisas. A ella también le encantaba ese lugar y ella también había ido a disfrutarlo por última vez. Había visto el coche aparcado fuera y por eso se había acercado a ver si me encontraba.

Nos sentamos a hablar, a analizar, a recordar, a planear… como tantas y tantas veces habíamos hecho. Nos hicimos la promesa de mantener el contacto, de seguir hablando, analizando, recordando, planeando juntos. Nos daba miedo la distancia y el olvido, pero el tiempo ya jugaba en nuestra contra. Anochecía. Me levanté y mis rodillas se tambalearon. No quería irme de allí. Mientras reunía las fuerzas necesarias para dejarlo atrás, me sacó la última foto frente al mar… Había llegado el momento de la despedida…

- Para que nunca te olvides de este lugar ni de las personas con las que lo has compartido y para que nos lleves contigo donde quiera que vayas…

Abriendo tímidamente sus manos, me cogió las mías. Tenía algo más para mí… eran dos hermosos frascos de cristal, uno lleno de arena y otro con agua de mar. JAMÁS nadie me había hecho un regalo tan cercano a la perfección…

Y fue entonces cuando el corazón me dio un vuelco de nuevo y las letras volvieron a reordenarse:

C-A-T-A-L-I-N-A  U-N-I-A --------------------> L-A  U-N-I-C-A  T-A-N-I-A

Todo cobró forma en ese instante…

Puede que con ella no viera el atardecer desde el muelle… ni paseara en las barcas del lago… Pero con ella lo compartí todo, lo viví todo. Ella era el amor que tanto había estado buscando. Todo ese empeño, todos esos esfuerzos y siempre había estado ahí, a mi lado durante estos meses… Un amor puro y real, una chica interesante, lista y hermosa… por dentro y por fuera. Era verdad, Cupido no se había olvidado de mí este año, Catalina fue un flechazo, un amor a primera vista… la persona que me enseñó a decir ‘te quiero’.

Y me niego a compararla con Olaya, porque no existe tal comparación. Si Olaya es mi alma gemela… Catalina es mi hermana.

Así es como siempre debió ser. Y así es como va a ser a partir de ahora.

OFF…

jueves, 15 de septiembre de 2011

AL-ANDALUS: ALMERIA

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MPBlog: Al-Andalus – David Bisbal

Pisada por jienenses, habitada por colombianos, compartida por tuiteros… conquistada por compensación.

La provincia andaluza más oriental, famosa por su desierto hollywoodiense, David Bisbal, los campos de cultivos intensivos, por sus playas y por el Cabo de Gata, es hoy una silueta muda que se ha convertido en la excusa perfecta para poder asegurar el prometido regreso a estas tierras.

Símbolo de lo que se queda en el tintero, de lo que pudo ser y no fue, de lo soñado pero no vivido, de la maravillosa imperfección de las cosas perfectas. Porque también hubo mucho de eso, así es Almería, la ciudad Al-Andalus de lo desconocido.

Ya sólo queda 1 ciudad por conquistar…

OFF…

sábado, 3 de septiembre de 2011

AL-ANDALUS: SEVILLA

DSC00705ON… 

MPBlog: Sevilla tiene un color especial – Los del río

Aparcamos el coche enfrente de la entrada del teatro Lope de Vega ante la atenta mirada de un ‘gorrilla’. El sol comenzaba a aparecer tímidamente en el cielo, tras un par de días de intensas lluvias. Nos habían avisado del calor sofocante que pasaríamos pero mirando hacia arriba, no estábamos seguros de si necesitaríamos el paraguas a lo largo de nuestra visita.

Hoy, continuando el recorrido por Al-Andalus… nos vamos a SEVILLA.

Querida y criticada a partes iguales, la capital andaluza emana vida y carácter. Sólo hace falta recorrer unas pocas calles para darse cuenta de que se trata de una ciudad con identidad propia. De tamaño mediano-grande (su población se sitúa en torno a los 700 000 habitantes), Sevilla se enmarca dentro de un tradicionalismo costumbrista y cultural que empieza a tener tintes modernos.

Nuestro recorrido comenzó en la emblemática Plaza de España, un espacio singular donde se recogen eventos históricos significativos de las distintas provincias españolas. Fotografiarse en el rincón reservado para tu lugar de origen es uno de los atractivos de esta plaza, así como el paseo en barca por la zona acuática. A sus pies, el parque de María Luisa, donde da gusto pasearse entre la calma, la sombra y la tranquilidad de la vegetación autóctona y exótica que configura una de las zonas verdes más extensas de la ciudad.

De camino al centro uno se encuentra con el edificio histórico de la Universidad, una antigua tabacalera que ahora es sede del Rectorado y algunos servicios administrativos. Perderse por las estrechas callejuelas del barrio de Santa Cruz (antiguo barrio de la judería medieval) te hace sentirte transportado a otras épocas, en las que el paso del tiempo no ha afectado apenas a su encanto y singularidad.

Y cuando la luz vuelve a aparecer y las calles a ensancharse, uno ya divisa a lo lejos esa torre que domina la ciudad. La Giralda, emblema sevillano por antonomasia, es una construcción que llama la atención no sólo por su altura (104 metros) y belleza, sino por el entorno en que se encuentra. Y es que la Giralda es hoy el campanario de la catedral sevillana, el templo gótico más extenso del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la UNESCO. Este conjunto incluye el famoso Patio de los Naranjos y la Capilla Real, todo incluido en la entrada de 8€ (2€ si eres estudiante menor de 25 años y gratis si eres natural o residente en Sevilla).

Al otro lado se encuentran los Jardines Reales Alcázares que, si bien son impresionantes, su precio de entrada es el mismo que el de la catedral, lo que hace del casco antiguo sevillano un chollo de visita para el estudiante y un atraco a mano armada para el que ya no lo sea. Y muy cerca de todo ello está el Archivo General de Indias, el vivo recuerdo del descubrimiento de América.

Para cuando las nubes han ido dejando paso a un hermoso cielo azul y el calor y el hambre aprietan, nada mejor que buscar sitio en uno de los numerosos bares o tabernas andaluzas, donde las ‘servesita’ fresca corre a ritmo de éshate una, mi arma. Si bien las consumiciones no incluyen la tapa como ocurre en otras provincias andaluzas, sorprende que los precios sigan siendo muy asequibles, muy por debajo a los de urbes europeas de tamaño similar, aptos para todo tipo de bolsillos y necesidades. Eso sí, aquello es una fábrica de hacer dinero, así que no te dejarán tiempo para que hagas una sobremesa en condiciones. La lista de espera es grande y no se pueden tener las sillas calientes más del tiempo justo para comer, beber y pagar.

Y ya con el estómago lleno, se puede continuar la visita por la Adriática hasta la Plaza Nueva, donde se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad y llegar así hasta el centro comercial, donde no faltan ninguno de los negocios o firmas habituales para satisfacer el deseo consumista de cualquiera. No se puede dejar de atravesar la calle Sierpes e irse alejando del centro por la zona de ambiente gay hasta llegar a la Alameda de Hércules.

De vuelta al centro y en busca de un lugar para descansar, se topa uno con el museo de Bellas Artes, la Estación de trenes de Santa Justa o la Plaza de armas, una de las dos estaciones de buses de la ciudad. Es así como se llega a orillas del río Guadalquivir, lugar donde los jóvenes se reúnen en grupo a tirarse en el prado y las parejas de enamorados se demuestran su amor a la sombra de algún árbol.

Recorriendo el cauce se llega hasta el puente de Triana, que da acceso al barrio del mismo nombre, uno de los lugares más castizos y, al mismo tiempo, más multiculturales de la ciudad. Las calles parecen desiertas durante el día, pero sólo hay que esperar a que el sol empiece a caer para ver cómo las terrazas se llenan de gente, el griterío ensordecedor lo envuelve todo y Triana, en definitiva, cobra vida. Y si el agua fría se cobra a precio de oro, podéis probar a comprar unos helados. Con suerte puede que os salgan casi regalados. Entre tanta diversidad aquí nadie mira a nadie, pero cuidado con burlarse de los andares de la gente y hacer el tonto, nunca se sabe cuándo te puedes encontrar con alguien conocido a tu espalda. 

Cruzar de nuevo el Guadalquivir te acerca a la Torre del Oro, torre albarrana cuyo nombre se debe probablemente a su brillo dorado reflejándose sobre el río. Un poco más allá están el teatro y la plaza de toros de La Maestranza .

Un pequeño desvío para ver el Palacio de San Telmo, actual sede de la Junta Provincial, hace reaparecer las ganas por hidratarse en los bares que se encuentran frente a la iglesia del Salvador, cuya plaza se llena de amigos compartiendo cerveza o tinto. Si los vítores y los aplausos se elevan más de la cuenta puede deberse a que algún carruaje de caballos traiga hasta allí a una novia que vaya a decir el sí, quiero.

Cerrando la jornada y casi sin quererlo se llega al Metropol-Parasol, impresionante y moderna construcción de madera recientemente inaugurada, que incluye un centro comercial y unos restos arqueológicos. Ha sido apodada por los sevillanos como las Setas de la Encarnación, pues su estructura pudiera asemejarse a la de varios hongos gigantes. La pasarela que se encuentra en lo alto permite disfrutar  de unas vistas únicas de Sevilla, con la Giralda iluminada de noche sobresaliendo entre los edificios.

Y es que la ciudad vuelve a dar un giro cuando la luna domina el cielo. Chicos repeinados de camisa, zapatos y pantalones de colores chillones o chicas de cabello largo moreno, con vestido ajustado, tacones y aros bien grandes en las orejas (todo muy sevillano) empiezan a inundar las calles. Es hora de la nocturnidad y la fiesta. Y en eso, Sevilla no se queda coja.

Porque Sevilla es día y es noche, es serenidad y es locura, es tradición y es modernidad, es castidad y es desenfreno, es bonita por dentro y por fuera. Puede que el calor estival la haga insoportable en determinados momentos, puede que sus gentes tengan un carácter algo presuntuoso, puede que posea un alto índice de robos, pero lo que nadie puede negar es que Sevilla, la ciudad Al-Andalus de la despedida, tiene un color especial.

Ya sólo quedan 2 ciudades por conquistar…

OFF…