sábado, 31 de diciembre de 2011

EL TIEMPO QUE NOS QUEDA POR DELANTE

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MPBlog: ‘Cold December Night’ – Michael Bublé

Releo lo que escribí el año pasado tal día como hoy y me emociono. Por aquel entonces daba la bienvenida a 2011… Hoy toca decirle adiós. Adiós a un año que ha superado, en lo bueno y en lo malo, todas las expectativas posibles. En ningún caso hubiera podido imaginar todo lo ocurrido, todo lo conocido… todo lo vivido.

Por eso no quiero dejar que acabe sin dar las gracias a las personas que han formado, de una u otra forma, parte de mi 2011. Las que me han hecho reír, las que me han hecho enfadar, las que me acompañaron, las que me ayudaron, las que me enseñaron, las que me hicieron daño, las que me abrazaron, las que me besaron, las que conocí, las que siguieron estando, las que dejaron de estar. Sin ellas nada hubiera sido igual y con ellas todo ha sido distinto. Mi año sabático, mi año de la luz, mi mejor año… Lo llame como lo llame tengo claro que ha sido un año único e irrepetible… un oasis, un paréntesis, un premio. De 2011 me llevo la fuerza y la energía necesarias para seguir, con la esperanza de que más pronto que tarde todo se vuelva a ordenar tras los cambios… porque sí, de nuevo soplan aires de cambio.

Pero antes, y para cerrar el año, unas Navidades en las que las cenas están siendo más protagonistas que nunca. Y no me refiero solo a la tradicional cena de Nochebuena, que ha recuperado la localización original de aquellos maravillosos años, o a la cena de esta Nochevieja, que reunirá en unas horas a la familia como antaño. No, estos últimos días del año han tenido otras muchas otras cenas especiales: mi primera cena de empresa, la cena de Navidad bajo la manta verde, la cena en bandeja en su sillón, la cena de terror Gp o la cena de la amistad me han traído hasta este instante, en el que hago mi particular despedida con nostalgia…

Todo son guiños al pasado, como si esas pequeñas tradiciones fuesen la única manera de retener los recuerdos y mantenerlos a flote en la memoria. Es mi (nuestro) particular homenaje a aquellos que este año ya no se sentarán a la mesa y que aun así estarán muy presentes.

Pero esta despedida también va acompañada de ilusión, ilusión por esos 366 días (recordemos que el cercano próximo año será bisiesto) aun en blanco que tendremos por delante justo después de que el reloj de la Puerta del Sol dé la última campanada y nos hayamos comido la última de las 12 uvas. Anne y Mota repiten para las campanadas de la 1, Carolina Cerezuela y Carlos Sobera lo harán para Antena3, el Gran Wyoming y Usun Yoon en LaSexta y Telecinco ha organizado un trío surrealista, reuniendo a Isabel Pantoja, su hijo Kiko Rivera y el archienemigo de ambos (ahora amigo íntimo) Jorge Javier Vázquez.

Y cuando todo ello ocurra, el Año Nuevo comenzará con las peores galas (que para algo estamos en tiempos de crisis) pero la mejor de las compañías. Twitter, ese gran descubrimiento del año, será testigo de todo ello…

Ha llegado el momento de cerrar los ojos, respirar hondo y mirar hacia adelante… Sin más pretensiones que las ganas, sin más expectativas que las de dejarme sorprender, sin más obligaciones que las de seguir haciendo mi propio camino.

Lo que está por venir es ahora mismo una incógnita que se irá resolviendo por sí sola poco a poco. Mientras eso ocurre, siempre nos quedarán los buenos deseos… ¡Feliz y mágico 2012!

OFF…

sábado, 26 de noviembre de 2011

JUKEBLOG: FIREWORK

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La primera vez que la escuché no me dijo nada, pero bastó ver el vídeo y entender la letra para empezar a apreciarla como se merece. Esta canción llegó a mis oídos en el momento justo, haciendo del cambio una realidad… la realidad de un 2011 totalmente inolvidable…

Katheryn Elizabeth Hudson, más conocida como Katy Perry, que alcanzó la fama mundial hace apenas un par de años con su ‘Hot N cold’, nos regala en ‘Firework’ una canción moderna, bailable y pegadiza, pero con un mensaje claro y potente… Deja salir lo que llevamos dentro, porque merece la pena brillar como los fuegos artificiales.

Sin duda, una de las canciones del año.

Hoy, en la Jukeblog… remezclamos el ‘Firework’.

Dale al play…

Jukeblog: Firework–Katy Perry

Do you ever feel like a plastic bag drifting through the wind wanting to start again?
Do you ever feel, feel so paper thin like a house of cards, one blow from caving in?
Do you ever feel already buried deep? 6 feet under screams but no one seems to hear a thing.

Todos nos sentimos alguna vez esa bolsa azotada por el viento, ese papel fino e inestable, enterrados en lo más profundo y emitiendo gritos que nadie parece escuchar.

Do you know that there's still a chance for you 'Cause there's a spark in you!

Pero donde y cuando menos te lo esperes estará esa oportunidad, porque la chispa ya la llevas dentro…

You just gotta ignite, the light, and let it shine… Just own the night like the 4th of July…

… sólo hay que encenderla y dejarla brillar.

You're a firework… Come on, show 'em what you're worth, make 'em go as you shoot across the sky…
You're a firework… Come on, let your colors burst, make 'em go, you're gonna leave 'em falling down…

Demuestra lo que vales, estalla, cruza el cielo, experimenta esa explosión de color… como los fuegos artificiales.


You don't have to feel like a waste of space, you're original, cannot be replaced.
If you only knew what the future holds, after a hurricane comes a rainbow..

Eres único, así que date tiempo… después del huracán llegará la calma y un arcoiris lucirá para ti.

Maybe your reason why all the doors are closed, so you could open one that leads you to the perfect road…

Todo pasa por algo, quizás la razón de que las puertas se cierren es que al final puedas abrir una que te lleve al camino perfecto…


Like a lightning bolt, your heart will blow… and when it's time, you'll know.

Como un rayo tu corazón volverá a encenderse, volverá a latir, volverá a sentir… Y cuando llegue ese momento, lo sabrás.


Boom, boom, boom
Even brighter than the moon, it's always been inside of you… And now it's time to let it through

Más brillante que la luna, siempre ha estado dentro de ti… es hora de dejarlo salir.

OFF…

viernes, 11 de noviembre de 2011

11/11/11

 

ON…

- Porque hoy es el día más importante del año

· ¿De qué año?

- De todos y cada uno de los años…

OFF…

jueves, 22 de septiembre de 2011

JYSH–LA DESPEDIDA DEL MAR (T3, C10 - Season finale)

ON…

MPBlog: wake me up before you gogo

Ya ha pasado prácticamente un mes desde entonces y todavía me pregunto si tomé la decisión correcta…

Después de decirle a mis padres que Jose me había ofrecido la posibilidad de irme a trabajar a Alemania y que aceptaría su proposición, quise intentar que las cosas con Antía acabasen como un buen recuerdo. Después de todo, ella era uno de los motivos de que este año haya sido tan especial. Quería decírselo en persona, así que estuve esperando la oportunidad para hacerlo durante varios días.

Antes, y aprovechando que Luis y Loli me habían traído bebida y comida típica de la tierra, quise compartir con mis amigos un picnic al atardecer en el parque de la ciudad. Contento y nervioso como nunca, salimos cargados de casa con las botellas y la comida. Me dio igual ver cómo perdíamos el bus delante de nuestras narices. No había nada que me quitara la alegría en ese momento.

- Chicos, tengo que deciros algo importante. Ya sabéis que he estado indeciso acerca de si irme o quedarme en el futuro próximo. Pues bien, creo que ya lo tengo claro, el mes que viene empiezo a trabajar en Alemania…

Todos empezaron a darme la enhorabuena y a brindar por mí con la última botella de ron. Casi acabamos bañándonos en el lago para celebrar la que se supone era una gran noticia. Con la adrenalina a tope he de decir que la noche fue estupenda y loca, como tantas otras noches estupendas y locas vividas a lo largo de este año.

Al despertarme al día siguiente, sin embargo, tenía un nudo en el estómago. Y no, no era por la resaca… Después de meditar un rato tumbado en la cama mirando al simio, me autoconvencí de que lo que estaba haciendo era lo más sensato, una posibilidad estupenda de conseguir un buen trabajo, tomar un nuevo camino, encauzar mi vida y alejarme de Antía, que se había convertido en una ilusión que se me escapaba de las manos. Después de todo, si no era por ella, tampoco tenía demasiado sentido que me quedara allí por más tiempo. La etapa de retiro, ese año sabático que tantas veces había soñado parecía haber llegado a su fin.

Y los días iban pasando y con ello la nostalgia iba en aumento. Ante la imposibilidad de decírselo cara a cara y viendo que el tiempo se agotaba sin remedio, quise seguir siendo fiel a mis sentimientos, así que le escribí un mensaje a Antía para comunicarle que me iba. Después de varios días sin hablarnos, pareció que esta noticia la hacía reaccionar. Casi al instante me respondía diciéndome que no podía creer lo que le estaba contando, que fuera capaz de abandonar con tanta facilidad el lugar y la gente con la que había sido tan feliz. Incluso llegó a decirme que lo dejaría todo para irse conmigo. Una vez más, desmedida y desproporcionada con las palabras, que en su boca volvían a perder todo el peso y el valor de las promesas sin cumplir. Lo cierto es que ya no había vuelta atrás. Mi decisión, quizás precipitada, estaba tomada.

Le dije que, pese a todo, me gustaría despedirme de ella en persona, verla una vez más… Me alegró que me dijera que haría lo imposible por ello. Acordamos que la quedada fuese frente al mar, frente a ese mismo mar donde habíamos pasado juntos algunos de los mejores momentos del verano, de esos que se mantienen vivos por y para siempre.

Quise llegar un poco antes de la cita para prepararme psicológicamente. Aquel lugar guarda para mí demasiados recuerdos y quería disfrutar de él en soledad. Mientras sentía las cosquillas de la arena al enterrar mis pies en ella, la luz del sol iluminando mi cara y la brisa acariciando mi piel, me quité la camiseta y, poseído por esas ansias de libertad, corrí hacia la inmensidad del mar. Las olas chocaban y rompían en mi pecho empujándome con tal fuerza que parecía que ellas también supieran que las estaba diciendo adiós. Volver a imbuirme en el cálido frescor de esas aguas me hizo sentirme inmerso, fundido e integrado con todo lo que me rodeaba. Sin darme cuenta, había encontrado mi rincón, mi paraíso terrenal. En ningún lugar antes me había sentido como allí.

De repente llegaron a mi mente toda una maraña de imágenes, instantes, personas, lugares… y empecé a recordar aquellas palabras que, borracho y colocado, había escrito en el ya lejano día de San Valentín:

Yo sé que Tania está hecha para mí. Sé que algún día caminaremos juntos por ese muelle donde cada tarde se oculta Lorenzo y nos besaremos en una de esas barcas que apenas aguantan el peso de una persona.

¡Claro! Todo el año esperando a Tania y en realidad no era exactamente Tania… Las letras se reordenaron en mi cabeza hasta formar otro nombre…

T-A-N-I-A --------------------> A-N-T-I-A

¿Y si era ella la persona que había estado esperando todo este tiempo? ¿Y si mi inconformismo y mi impaciencia me estaban impidiendo darle (y darme) la oportunidad que se merecía? ¿Y si sólo ella podía darle sentido a todo?

- ME QUEDO - pensé. En cuanto venga se lo digo.

Y dejando volar la imaginación nos vi besándonos en la orilla del mar esperando a que salieran los créditos en pantalla. Seríamos felices para siempre...

Antía nunca acudió a la cita. Los minutos pasaron y me harté de llamarla a un móvil al que nadie parecía querer responder. La impotencia, la rabia y la desilusión hicieron brotar una lágrima, salada como el mar. Y empañados mis ojos sentí con esperanza que mi teléfono vibraba… Catalina UNIA ponía la pantalla.

Al otro, lado de la pasarela de madera que daba acceso a la playa, vi una figura que conocía bien. Era Cata. Con el móvil en una mano y la otra levantada haciéndome señas. Se acercó corriendo, me abrazó, me secó las lágrimas y me ofreció una de sus mejores sonrisas. A ella también le encantaba ese lugar y ella también había ido a disfrutarlo por última vez. Había visto el coche aparcado fuera y por eso se había acercado a ver si me encontraba.

Nos sentamos a hablar, a analizar, a recordar, a planear… como tantas y tantas veces habíamos hecho. Nos hicimos la promesa de mantener el contacto, de seguir hablando, analizando, recordando, planeando juntos. Nos daba miedo la distancia y el olvido, pero el tiempo ya jugaba en nuestra contra. Anochecía. Me levanté y mis rodillas se tambalearon. No quería irme de allí. Mientras reunía las fuerzas necesarias para dejarlo atrás, me sacó la última foto frente al mar… Había llegado el momento de la despedida…

- Para que nunca te olvides de este lugar ni de las personas con las que lo has compartido y para que nos lleves contigo donde quiera que vayas…

Abriendo tímidamente sus manos, me cogió las mías. Tenía algo más para mí… eran dos hermosos frascos de cristal, uno lleno de arena y otro con agua de mar. JAMÁS nadie me había hecho un regalo tan cercano a la perfección…

Y fue entonces cuando el corazón me dio un vuelco de nuevo y las letras volvieron a reordenarse:

C-A-T-A-L-I-N-A  U-N-I-A --------------------> L-A  U-N-I-C-A  T-A-N-I-A

Todo cobró forma en ese instante…

Puede que con ella no viera el atardecer desde el muelle… ni paseara en las barcas del lago… Pero con ella lo compartí todo, lo viví todo. Ella era el amor que tanto había estado buscando. Todo ese empeño, todos esos esfuerzos y siempre había estado ahí, a mi lado durante estos meses… Un amor puro y real, una chica interesante, lista y hermosa… por dentro y por fuera. Era verdad, Cupido no se había olvidado de mí este año, Catalina fue un flechazo, un amor a primera vista… la persona que me enseñó a decir ‘te quiero’.

Y me niego a compararla con Olaya, porque no existe tal comparación. Si Olaya es mi alma gemela… Catalina es mi hermana.

Así es como siempre debió ser. Y así es como va a ser a partir de ahora.

OFF…

jueves, 15 de septiembre de 2011

AL-ANDALUS: ALMERIA

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MPBlog: Al-Andalus – David Bisbal

Pisada por jienenses, habitada por colombianos, compartida por tuiteros… conquistada por compensación.

La provincia andaluza más oriental, famosa por su desierto hollywoodiense, David Bisbal, los campos de cultivos intensivos, por sus playas y por el Cabo de Gata, es hoy una silueta muda que se ha convertido en la excusa perfecta para poder asegurar el prometido regreso a estas tierras.

Símbolo de lo que se queda en el tintero, de lo que pudo ser y no fue, de lo soñado pero no vivido, de la maravillosa imperfección de las cosas perfectas. Porque también hubo mucho de eso, así es Almería, la ciudad Al-Andalus de lo desconocido.

Ya sólo queda 1 ciudad por conquistar…

OFF…

sábado, 3 de septiembre de 2011

AL-ANDALUS: SEVILLA

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MPBlog: Sevilla tiene un color especial – Los del río

Aparcamos el coche enfrente de la entrada del teatro Lope de Vega ante la atenta mirada de un ‘gorrilla’. El sol comenzaba a aparecer tímidamente en el cielo, tras un par de días de intensas lluvias. Nos habían avisado del calor sofocante que pasaríamos pero mirando hacia arriba, no estábamos seguros de si necesitaríamos el paraguas a lo largo de nuestra visita.

Hoy, continuando el recorrido por Al-Andalus… nos vamos a SEVILLA.

Querida y criticada a partes iguales, la capital andaluza emana vida y carácter. Sólo hace falta recorrer unas pocas calles para darse cuenta de que se trata de una ciudad con identidad propia. De tamaño mediano-grande (su población se sitúa en torno a los 700 000 habitantes), Sevilla se enmarca dentro de un tradicionalismo costumbrista y cultural que empieza a tener tintes modernos.

Nuestro recorrido comenzó en la emblemática Plaza de España, un espacio singular donde se recogen eventos históricos significativos de las distintas provincias españolas. Fotografiarse en el rincón reservado para tu lugar de origen es uno de los atractivos de esta plaza, así como el paseo en barca por la zona acuática. A sus pies, el parque de María Luisa, donde da gusto pasearse entre la calma, la sombra y la tranquilidad de la vegetación autóctona y exótica que configura una de las zonas verdes más extensas de la ciudad.

De camino al centro uno se encuentra con el edificio histórico de la Universidad, una antigua tabacalera que ahora es sede del Rectorado y algunos servicios administrativos. Perderse por las estrechas callejuelas del barrio de Santa Cruz (antiguo barrio de la judería medieval) te hace sentirte transportado a otras épocas, en las que el paso del tiempo no ha afectado apenas a su encanto y singularidad.

Y cuando la luz vuelve a aparecer y las calles a ensancharse, uno ya divisa a lo lejos esa torre que domina la ciudad. La Giralda, emblema sevillano por antonomasia, es una construcción que llama la atención no sólo por su altura (104 metros) y belleza, sino por el entorno en que se encuentra. Y es que la Giralda es hoy el campanario de la catedral sevillana, el templo gótico más extenso del mundo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 por la UNESCO. Este conjunto incluye el famoso Patio de los Naranjos y la Capilla Real, todo incluido en la entrada de 8€ (2€ si eres estudiante menor de 25 años y gratis si eres natural o residente en Sevilla).

Al otro lado se encuentran los Jardines Reales Alcázares que, si bien son impresionantes, su precio de entrada es el mismo que el de la catedral, lo que hace del casco antiguo sevillano un chollo de visita para el estudiante y un atraco a mano armada para el que ya no lo sea. Y muy cerca de todo ello está el Archivo General de Indias, el vivo recuerdo del descubrimiento de América.

Para cuando las nubes han ido dejando paso a un hermoso cielo azul y el calor y el hambre aprietan, nada mejor que buscar sitio en uno de los numerosos bares o tabernas andaluzas, donde las ‘servesita’ fresca corre a ritmo de éshate una, mi arma. Si bien las consumiciones no incluyen la tapa como ocurre en otras provincias andaluzas, sorprende que los precios sigan siendo muy asequibles, muy por debajo a los de urbes europeas de tamaño similar, aptos para todo tipo de bolsillos y necesidades. Eso sí, aquello es una fábrica de hacer dinero, así que no te dejarán tiempo para que hagas una sobremesa en condiciones. La lista de espera es grande y no se pueden tener las sillas calientes más del tiempo justo para comer, beber y pagar.

Y ya con el estómago lleno, se puede continuar la visita por la Adriática hasta la Plaza Nueva, donde se encuentra el Ayuntamiento de la ciudad y llegar así hasta el centro comercial, donde no faltan ninguno de los negocios o firmas habituales para satisfacer el deseo consumista de cualquiera. No se puede dejar de atravesar la calle Sierpes e irse alejando del centro por la zona de ambiente gay hasta llegar a la Alameda de Hércules.

De vuelta al centro y en busca de un lugar para descansar, se topa uno con el museo de Bellas Artes, la Estación de trenes de Santa Justa o la Plaza de armas, una de las dos estaciones de buses de la ciudad. Es así como se llega a orillas del río Guadalquivir, lugar donde los jóvenes se reúnen en grupo a tirarse en el prado y las parejas de enamorados se demuestran su amor a la sombra de algún árbol.

Recorriendo el cauce se llega hasta el puente de Triana, que da acceso al barrio del mismo nombre, uno de los lugares más castizos y, al mismo tiempo, más multiculturales de la ciudad. Las calles parecen desiertas durante el día, pero sólo hay que esperar a que el sol empiece a caer para ver cómo las terrazas se llenan de gente, el griterío ensordecedor lo envuelve todo y Triana, en definitiva, cobra vida. Y si el agua fría se cobra a precio de oro, podéis probar a comprar unos helados. Con suerte puede que os salgan casi regalados. Entre tanta diversidad aquí nadie mira a nadie, pero cuidado con burlarse de los andares de la gente y hacer el tonto, nunca se sabe cuándo te puedes encontrar con alguien conocido a tu espalda. 

Cruzar de nuevo el Guadalquivir te acerca a la Torre del Oro, torre albarrana cuyo nombre se debe probablemente a su brillo dorado reflejándose sobre el río. Un poco más allá están el teatro y la plaza de toros de La Maestranza .

Un pequeño desvío para ver el Palacio de San Telmo, actual sede de la Junta Provincial, hace reaparecer las ganas por hidratarse en los bares que se encuentran frente a la iglesia del Salvador, cuya plaza se llena de amigos compartiendo cerveza o tinto. Si los vítores y los aplausos se elevan más de la cuenta puede deberse a que algún carruaje de caballos traiga hasta allí a una novia que vaya a decir el sí, quiero.

Cerrando la jornada y casi sin quererlo se llega al Metropol-Parasol, impresionante y moderna construcción de madera recientemente inaugurada, que incluye un centro comercial y unos restos arqueológicos. Ha sido apodada por los sevillanos como las Setas de la Encarnación, pues su estructura pudiera asemejarse a la de varios hongos gigantes. La pasarela que se encuentra en lo alto permite disfrutar  de unas vistas únicas de Sevilla, con la Giralda iluminada de noche sobresaliendo entre los edificios.

Y es que la ciudad vuelve a dar un giro cuando la luna domina el cielo. Chicos repeinados de camisa, zapatos y pantalones de colores chillones o chicas de cabello largo moreno, con vestido ajustado, tacones y aros bien grandes en las orejas (todo muy sevillano) empiezan a inundar las calles. Es hora de la nocturnidad y la fiesta. Y en eso, Sevilla no se queda coja.

Porque Sevilla es día y es noche, es serenidad y es locura, es tradición y es modernidad, es castidad y es desenfreno, es bonita por dentro y por fuera. Puede que el calor estival la haga insoportable en determinados momentos, puede que sus gentes tengan un carácter algo presuntuoso, puede que posea un alto índice de robos, pero lo que nadie puede negar es que Sevilla, la ciudad Al-Andalus de la despedida, tiene un color especial.

Ya sólo quedan 2 ciudades por conquistar…

OFF…

martes, 16 de agosto de 2011

JYSH - LA SANGRE QUE CORRE POR MIS VENAS (T3, C9)

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MPBlog: wake me up before you go-go

Cuando vi a mis padres iluminados por la luz de esta otra tierra sentí que algo hay aquí que transforma a las personas. Me di cuenta de lo que estos meses han significado para mí y de cómo las cosas han cambiado una vez más.

El caso es que Loli y Luis vinieron a pasar sus quince días de vacaciones con su hijo, es decir, yo. Desde el minuto uno no faltaron planes y visitas que hacer. Mientras yo trabajaba por las mañanas, ellos iban a la playa a pasear bajo el sol. Por las tardes, nos hemos recorrido los alrededores (y no tan alrededores) descubriendo y redescubriendo lugares únicos.

Volver a comer comida de mamá (el calor no le dejó hacerme sus famosas lentejas!), charlar con ellos, compartir momentos… hacía tiempo que no disfrutaba tanto de la compañía de mis progenitores. Les pregunté cómo le iban las cosas a Pedro y me dijeron que, ante la falta de trabajo de lo suyo, ha decidido completar sus estudios. Parece que finalmente hará un máster en ingeniería alimentaria con la intención de formarse un poco más y, simultáneamente, ganar tiempo para pensar qué hacer con su descolocada vida.

Mientras me contaba todo esto, Loli me miraba con ojos de ‘cordero degollao’, como buscando una complicidad en mí con la que explicarle lo mal que están las cosas para encontrar un (buen) trabajo ahora mismo en España. Lo que ni Loli ni Luis sabían cuando me contaban esto es que para bien o para mal, en ese momento yo ya había elegido mi futuro. ¿Irme o quedarme? La eterna cuestión había dejado de ser una incógnita, para convertirse en una de las decisiones más complicadas que he tenido que tomar nunca.

¿Que por qué no les pedí consejo ni se lo dije a mis padres en cuanto lo decidí? Pues no lo sé. No fue cuestión de confianza ni de dejadez, sino más bien de no querer captar la atención en un momento en el que no me la merecía. Sabía que mi noticia sería respetada, aceptada, compartida y disfrutada con mis padres, pero soy de los que piensan que es bueno esperar a que se presente el momento justo.

Y es que este halo de misterio no afectó solo a mis padres. Como un niño que quiere llevar el juego hasta el final, decidí por una serie de razones no contarle nada a Antía acerca del curro que me había ofrecido Jose. El caso es que seguimos sin vernos demasiado y sin compartir demasiado. Hay algo más que un aprecio, mucho menos que un amor. Y no la puedo culpar por ello… No ha habido tiempo para más. Si quiero apostar e ir hasta el final con ella debería quedarme…

Los días fueron pasando con alocada rapidez, como quien le mete prisa al tiempo y cada vez que salía el tema con Loli y Luis sobre mis expectativas profesionales, yo escurría el bulto sin saber muy bien cómo para luego sentirme peor cuando reflexionaba sobre ello. La verdad que al final uno no sabe muy bien por qué oculta o se guarda este tipo de tonterías. Yo sabía que se lo iba a terminar soltando todo, pero seguía teniendo cierto temor a que lo que tenía que decirles no fuese de su agrado. Por mucho que luego diga, a Loli todo lo que no sea tenernos bajo sus faldas y matriarcado no le hace demasiada gracia. Cosas de madres, supongo.

El viernes me levanté con una increíble sensación de agobio y me fui a trabajar. No dejé de pensar en mi decisión en toda la mañana. Por la tarde habíamos quedado para hacer unas compras por el centro. En ese momento tuve claro que el mejor lugar para la confesión era el muelle. Después de haber visitado prácticamente todo, aún no les había llevado a ver el atardecer, quizás el lugar más bonito de la ciudad y sin duda uno de los que mejores recuerdos me trae. Así que con una idea fija en la cabeza les llevé hasta allí mientras caía el sol en el horizonte. Lo recorrimos, lo fotografiamos, disfrutamos de las vistas, sentimos la brisa golpeándonos en la cara… y sin darme cuenta se nos hizo de noche. Para acabar con el momento padre-hijo que Luis y yo estábamos teniendo a la luz de la luna, Loli irrumpió con un ¡Yo ahí no subo con este calzado! y nos dimos la vuelta por donde habíamos venido.

Me hablaban de cosas, pero mi cabeza daba tumbos. Me sentí totalmente aturdido, presionado, encerrado en mí mismo. Era entonces o nunca…

Papá, mamá, os lo tengo que decir. Si no os lo digo aquí no os lo digo en ningún sitio. Lo que os voy a decir no sé si os va a gustar pero ahí va…

Y se lo dije.

Ambos levantaron la cabeza con asombro pero con una sonrisa. Mamá dijo ¡Uy, y eso qué importa! a lo que papá la siguió con ¿y por eso estabas tan preocupado, hombre?

Yo ya sabía que la reacción iba a ser inmejorable y que quizás el miedo por mi parte fuese desmesurado, pero uno nunca quiere fallarle a los que más quiere, y menos si son sus padres. Me hicieron sentir un hombre por primera vez en mi vida. Con peso, responsabilidad y criterio.

De vuelta a casa, me hicieron un montón de preguntas al respecto. Querían saber. Ni yo mismo pude responderles a algunas cosas. A veces uno no sabe muy bien por qué toma las decisiones alocadas que toma, aun estando seguro de ellas. Esta es una de esas veces.´

Un par de días más tarde, mientras guardábamos todas sus maletas en el coche y al ver sus caras, mezcla de tristeza y alegría, amenazadas por incipientes y bellas arrugas, me di cuenta de que es cierto, los años no perdonan a nadie y soy yo el que ahora debe tomar el testigo de su esfuerzo y dedicación. Estoy orgulloso de ellos. Y sé que ellos están orgullosos de mí. Siempre lo tuve claro, pero ahora la siento bombear por mi corazón y correr por mis venas…  Su sangre es mi sangre.     

OFF…

viernes, 12 de agosto de 2011

HOY PUEDO DORMIR TRANQUILO (Parte V)

Hacía tiempo que no pensaba en esta frase.

Hoy creo una vez más que así será esta noche. La vida le da una nueva vuelta de tuerca a mi existencia, regalándome una nueva oportunidad, una nueva aventura, un nuevo objetivo.

Se trata de volver a empezar o, más bien, de re-empezar. Puede que todo (o casi todo) sea conocido, pero también todo (o casi todo) adquiere una nueva dimensión, convirtiéndose en un reto que poco o nada tendrá que ver con la experiencia que guardo en mi recuerdo. 

Y no es que sienta nada especial, es que sé que es especial.

Hace justo un año todo se acababa de alguna forma y hoy todo eso vuelve a empezar. Hay quien se atreve luego a cuestionar la magia del destino pero las vueltas que da este mundo las empiezo a notar tras cada paso que doy. Siempre hay quien cuestiona las decisiones que uno toma. Hoy siento que camino con paso firme y seguro, con ganas de luchar y de seguir avanzando…

Mañana todo volverá a comenzar… pero mientras tanto me voy a la cama de nuevo con una gran sensación de calma. Hoy dormiré con la tranquilidad de seguir acompañado por una ‘mijita’ de buena suerte, de esa que tiene que complementar al mérito personal. No hay que pensar en imposibles, ni en pesimismos. Saber discriminar y sacar lo mejor de cada etapa y de cada persona se convierte en esa tarea entrañable y necesaria en el momento de hacer balance de lo vivido. Todo aporta, todo forma, todo enseña…

Y aunque a veces parezca que dejamos cosas atrás, debemos pensar que la energía fluye de forma natural y espontánea. Las cosas, al igual que las personas, van y viene en un constante oleaje que nos golpea o nos acaricia, según nos pille o no desprevenidos. Hay que dejar que todo vaya encajando, encontrando su lugar, adquiriendo el sentido y el significado necesarios que expliquen el devenir de los acontecimientos. Ha llegado el momento de abrir una nueva puerta. Eso sí, mientras se abre, aun quedan semanas de verano para disfrutar. Un verano tan intenso y especial, que a buen seguro guarda para la recta final algo potente e inesperado. Esa es la actitud y ese el optimismo que se ha convertido en una parte esencial en mí en los últimos meses. Porque ahora sé que no hay que darse por vencido en la tarea de perseguir los sueños.

Buenas noches… porque hoy sí que son buenas (aunque mañana me esperen 40 grados a la sombra).

Continuará…

domingo, 31 de julio de 2011

JYSH - LA SEMANA DE LAS SORPRESAS (T3, C8)

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MPBlog: wake me up before you gogo

Las cosas ocurren cuando menos te lo esperas.

Esta máxima del positivismo y la despreocupación se cumple con una probabilidad igual o más alta que la ley de Murphy. Dicho de otra forma, el que espera, desespera y es por ello que vale más dejarse sorprender por los acontecimientos. He ahí la clave, la capacidad de sorprenderse…

Estaba el miércoles sentado en la mesa de la oficina como cada día en lo que aparentemente sería una semana más de verano. Mi único pensamiento se situaba en el fin de semana, en la playa y en la correspondiente botella de ron Almirante (¿qué, si no?).

Después de mirar la hora en el reloj de pulsera y en el del ordenador, cogí el móvil con el único propósito de corroborarla por triplicado. Un mensaje rompía la monotonía matutina. Tras leerlo, todo daría un vuelco:

Martes 26: 17.00h salir del hospital, 19.30h hacer la maleta, 20.30h autobús. Miércoles 27: + d 12 horas n karretera y sin dormir, xo lo prometido s deuda: ESTAMOS ALLÍ.

¿Allí? ¿Dónde? El mensaje de Olaya me había dejado boquiabierto. Se suponía que ella y Susi se iban de vacaciones a Lanzarote… o eso me había dicho Olaya dos días antes. Salí corriendo de la oficina y las llamé. Imaginaos mi cara de gilipollas cuando Olaya me dijo que estaban a menos de una manzana de donde yo estaba. Sin poder contener la alegría me puse a dar gritos y saltos en la calle como un energúmeno.

¡No lo podía creer! ¡Olaya! La visita sorpresa me recordó al cumpleaños inesperado del año pasado y mis ganas de darle un abrazo empezaron a convertirse en una necesidad irrefrenable. Pero, haciendo uso de una profesionalidad innata en mí, aguanté estoicamente las 3 horas que aun me quedaban en la oficina.

Cuando la vi, se me iluminó la cara y a ella también. Mi pequeña Olaya… ¡de nuevo juntos después de tantos meses sin vernos! Aquello era el mejor regalo que podían haberme dado y más después de todo lo ocurrido días atrás. Os cuento…

El caso es que Antía ya se ha convertido casi sin quererlo en la auténtica protagonista de mi verano. Tras la noche de la discoteca se han venido sucediendo toda una serie de episodios que nos traen en un tira y afloja poco saludable. Si bien decir que estamos enganchados todo el día al whatsapp es decir poco, lo cierto es que hay algo en ella que no acaba de convencerme. Y no, no me refiero a lo bonita que es, ni al cariño que recibo o a todo lo que me hace reír. No, el problema con ella es otro. Al estar a 90km de distancia, veo a Antía mucho menos de lo que me gustaría. De hecho, la veo mucho menos de lo que podríamos. Siempre parece estar ocupada o tener mejores planes que los que yo le propongo, así que he llegado a la conclusión de que sus ganas de verme no son realmente tales.

Y es que, si bien no tengo nada que reprocharle ni exigirle a una persona que conozco desde hace apenas un mes, sí que noto un desequilibrio evidente entre sus palabras y sus actos. Todo lo que me dice es precioso y adulador, pero no hace absolutamente nada que me haga creer esas palabras. Y ya se sabe que hechos son amores y no buenas razones…

Después de mucho insistirle en que me dejara claro lo que quería y sentía, logré que viniera a verme. Era un jueves noche y, como dos tontos, nos fuimos a la playa. Me encantó lo tonto y romántico del plan y fue allí donde empezamos a conocernos realmente, a hablar, a beber, a besarnos,… el recuerdo de aquella noche también será difícil de olvidar y más aun por la anécdota de que perdí el móvil en la arena y no nos quedó otra que volver en su búsqueda (¡y sí, lo encontramos!).

Pero parece que en eso ha quedado todo porque, aunque nos volvimos a ver en un par de ocasiones más, la magia de la llama que nos otorgó san juan parece haberse ido consumiendo sin remedio. Es extraño en mí, porque no suelo ilusionarme con demasiada facilidad, pero con Antía quise intentar volver a tener la sensación de ese ‘amor puro de verano’ de la juventud. Sin embargo, me doy cuenta de que los años no perdonan a nadie…

Y no, no me enrollo más… Si decía que la visita de Olaya llegaba en el mejor de los momentos fue porque Antía me había expresado su no-intención de hacer planes conmigo durante ese fin de semana (para variar). Pero claro, la presencia de Olaya cambió radicalmente mi pesimismo. Mi cabeza dejó de pensar en Antía para centrarse totalmente en mi amiga.

Lo que yo no sabía es que su sorpresa sería sólo el comienzo de toda una serie de confluencias que a punto estaban de ponerlo TODO patas arriba.

Así fue que, al día siguiente, Loli me dio la noticia de que ella y mi padre habían decidido alquilar un apartamento para bajar a verme y pasar cerca de mí las vacaciones. Parecía que se hubiesen puesto todos de acuerdo. Primero Olaya, ahora ellos… No podía ser cierto que siguiera esa buena racha.

En efecto, aquel jueves después de ir a la playa con Olaya y ponernos al día de nuestras cosas, hablé con Antía. Terminamos medio enfadaos por lo de siempre. Cuando, echo una furia, me iba a ir a la cama, Catalina se acercó a mi habitación y me confesó que Antía había hablado con ella y que su intención era venir a verme por sorpresa. Me sentí un completo idiota en ese momento, pero ya no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Algo no me cerraba en todo esto. Descubrir qué había de verdad y qué de mentira en Antía comenzó a ser en ese momento mi única obsesión. Indignado con el mundo me acosté…

… a las 7 de la mañana del viernes empezó a sonarme el móvil. Muy pronto para ser el despertador. Era Antía. Venía de estar de fiesta con sus amigas. Quería verme. Creer o reventar, pensé… Así que fui a buscarla a la parada de tren. Allí se entretuvo hablando con una señora y su perro y, nada más llegar al piso,  cayó rendida en la cama y se quedó dormida a mi lado como una niña. En el fondo, eso es lo que es, una niña.

Así fue como el finde típico sin expectativas se reconvirtió en un intenso finde acompañado por mi mejor amiga y por la chica que ahora mismo ocupa mis pensamientos. Muy mal lo pasé hoy domingo cuando, temprano por la mañana, me tuve que despedir de Olaya y Susi en la estación sin saber cuándo volveremos a vernos. Y más duro se me hizo despedirme de Antía un poco más tarde y bajo un sol de justicia porque, después de más de 48 horas juntos, creo haberlo entendido todo aunque ella no me haya dicho nada. Ojalá me equivoque…

Y, aunque hubiera sido suficiente con lo sucedido hasta aquí, la semana de las sorpresas aun se guardaba un último derechazo que me ha dejado K.O. Hace apenas unos minutos que he recibido un mail de Jose. Casi no hemos vuelto a hablar desde el viaje a Londres y pensé que querría contarme novedades sobre su actual vida en Alemania. No di crédito cuando leí cuál ha sido el principal motivo que le ha llevado a escribirme. Jose, consciente de la mala situación laboral en España y de que mi contrato finaliza en unas semanas, me ha dicho que en su empresa están buscando españoles para el departamento de financiera y recursos humanos, que si me interesa que le envíe el currículum. Lo primero que se me ha pasado por la cabeza es que es una locura. ¿Yo, en Alemania? ¡Si ni siquiera sé alemán! Pero a medida que escribo esto y las ideas quedan plasmadas la locura parece no serlo tanto… ¿Y si fuera este el camino definitivo que llevo buscando durante los últimos tres años?

Lo que parecía ser una semana más del verano, se ha convertido en un auténtico detonante del cambio. Me siento como formando parte de una novela de Agatha Christie, en una peli de Hitchcock en la que el misterio y el suspense se mantienen hasta la última línea del guión. Es imposible saber lo que pasará a partir de ahora. Todo, ABSOLUTAMENTE TODO está en el aire…

OFF…

viernes, 1 de julio de 2011

JYSH - SAN PEDRO (T3, C7)

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ON…

MPBlog: wake me up before you gogo

Hace un par de días fue 29 de junio, festividad de San Pedro y San Pablo según el calendario cristiano. Como yo no soy precisamente muy beato no me acordé. Hasta aquí ningún problema, si no fuera porque mi hermano mayor se llama precisamente Pedro (para quien no lo sepa a estas alturas).

A él tampoco suele importarle demasiado esto de los santos, pero bastó que no me acordara para que lo tomara como una afrenta a su persona. Es por ello que quiero recompensarle de alguna forma dedicándole esta entrada.

Pedro no ha levantado cabeza desde que volvió de Brasil. La ONG le ofreció la posibilidad de renovar el contrato si se desplazaba a Afganistán, pero el espíritu intrépido de mi hermano encontró su techo en esta oferta. Sí, se trataba de la crónica de una muerte anunciada, pero nadie imaginábamos que llegaría a afectarle hasta este punto. Durante los meses que pasamos juntos en Brasil, no fueron pocas las veces que Pedro me comentó su intención de volver a España (o al menos a Europa) para formalizar de alguna forma su vida.

Pero las cosas no parecen haber salido según lo planeado. Y es que a la ausencia de trabajo hay que sumarle el hecho de que Pedro sigue sin novia, sin novio y sin nada que se le parezca. De hecho ya no recuerdo el tiempo que ha pasado desde la última relación oficial de mi hermano. Pedro nunca ha sido de contar sus cosas pero lo cierto es que cada vez se está volviendo más hermético y desconfiado. Ha desarrollado la ironía al máximo como arma de defensa y resulta prácticamente imposible tener una conversación seria con él.

Ahora, después de todo lo vivido, le queda un vacío existencial. Pedro está sumido en la crisis de los 30…

El caso es que mi hermano siempre ha hecho lo que le ha dado la gana. Y no hay nada de malo en ello, siempre y cuando uno sea capaz de cargar con el peso de la responsabilidad que suponen determinadas decisiones. Estudió su carrera en contra de la insistencia de Loli y Luis, que hubieran preferido un médico en la familia y desoyó posteriormente el consejo de doctorarse por vivir su propia aventura internacional en una ONG. La experiencia ‘solidaria’ no acabó siendo todo lo exótica que esperaba y no encontró en ella la seguridad laboral ni la estabilidad personal.

Y es que el problema está en no haber aprendido a ver el lado positivo de las cosas. Demasiado a menudo asume el papel de víctima de una conspiración mundial, encontrando refugio y consuelo sólo en las desgracias ajenas. Le cuesta abrirse nuevos objetivos, creer en las personas y confiar en que todo mejorará tarde o temprano. Ha perdido la capacidad de ilusionarse. Los sueños se le han caído por el camino…

Pero, por encima de todo, a Pedro le falta amor. Amor ajeno y amor propio. Amor del que se da sin esperar nada a cambio y amor del que te hace seguir sin miedo hacia adelante. Sólo el que se quiere a sí mismo es capaz de querer a los demás y hacerse querer. Nadie puede dar lo que no tiene…

Yo, que no soy nadie para dar consejos, me muerdo la lengua. Pero yo, que también soy su hermano, le diría que no se apresurase, que se tomase un tiempo para sí mismo, que espere a que las cosas vayan siendo y que disfrute del proceso mientras tanto. Que valore, aprecie y aproveche lo suyo y a los suyos. No hace falta que le diga que me tiene para lo que haga falta, pero nada llega sin luchar por ello y las prisas nunca fueron buenas consejeras. Y como no hay un esquema de vida perfecta, sino infinitos… cada uno debemos seguir el nuestro.

Pedro es llamado "El príncipe de los Apóstoles”, el primer Papa de la Iglesia, al que Jesús le dijo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". 

Y religioso o no, a veces pienso que cada uno tenemos nuestra propia llave de entrada al cielo. Lo que pasa es que solemos perderla dentro de un manojo de copias falsificadas…

OFF…

lunes, 27 de junio de 2011

JYSH - LA CHICA DEL VESTIDO DE RAYAS (T3,C6)

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Y pasearemos en esas barcas, y veremos juntos el atardecer…

Se me presenta un verano de lo más atípico. Sabía que sería así, pero no he sido consciente de cuánto hasta el pasado fin de semana. Y por eso mismo he tomado una decisión. Por primera vez en los tres años que llevo colaborando en este blog, voy a darle continuidad durante estos meses. Algo me dice que lo que está por venir merece ser contado.

Trabajar en verano no mola. Es la primera vez que lo hago en mis 27 largos años de existencia, quitando curros en terrazas, discotecas y bares de copas. Pese a ello, no me quejo. Al menos ocupo mi tiempo y ahorro algo de dinero para lo que pueda pasar. Mi contrato es hasta septiembre y no se por qué, pero me temo que mi continuidad en la empresa es algo tan improbable como que el PSOE gane las próximas elecciones generales.

Ahora bien, trabajar aquí tiene sus ventajas y es que tengo un pie en la oficina y otro en la playa. Así que aunque me quede sin unas vacaciones propiamente dichas, no me faltan planes interesantes para los fines de semana y, como todos sean como el que acaba de pasar, está claro que el verano puede dar mucho de sí.

No hace falta que diga que sanjuán se ha convertido con el paso del tiempo en una de esas celebraciones que cada año espero con más ganas. La confluencia de elementos mágicos y rituales de esa noche me cautivan y no es para menos si tenemos en cuenta que ese fuego es algo más que madera ardiendo.

Como no podía ser de otra forma, este año sanjuán lo viví en la playa. No se me olvidó escribir en un papel todo aquello que desearía borrar y quemarlo puntualmente en la hoguera a las doce de la noche, como tampoco dejé pasar la oportunidad de saltar las olas, tal y como manda otra de las tradiciones de esta noche y que nunca había podido hacer. El agua salpicó la camiseta de rayas que estrenaba esa noche y, estaba tan fría que lo del baño nocturno preferí dejarlo para otra ocasión.

Mientras me quedaba dormido en la arena, un destello de luz me sobresaltó. Fue solo un par de segundos, quizás menos, pero no había lugar a dudas: una estrella fugaz había sobrevolado sobre mi cabeza. Sin pestañear me apresuré a pedir el deseo, antes de que la estela desapareciera definitivamente en la oscuridad del cielo… Tania, Tania, Tania…

Cuando me desperté, apenas me quedaba media hora para entrar a trabajar. No sé cómo pero logré ducharme y llegar a tiempo. Eso sí, la mañana de viernes se me hizo eterna…

Ante este cansancio a mitad de semana, lo cierto es que el fin de semana no pintaba demasiado bien. Pero como ya dije antes, los planes estaban hechos, así que me tomé el viernes de recuperación de fuerzas para estar el sábado en condiciones.

La noche comenzó con ese elixir dominicano que se ha convertido estos meses en parte esencial de mi dieta, tanto o más que el arroz, las patatas o incluso el agua. La desgana inicial fue dando paso a una mecha que comenzó a encenderse en la terraza del piso. Al grito de ¡hoy voy a darlo todo! La noche empezó a tomar forma. No me podía hacer una idea de cuánto así sería…

De nada sirvieron las tácticas disuasorias de las chicas con los porteros para evitar pagar la entrada. Una vez dentro, la cosa tampoco pintaba demasiado bien. Por mucho que se tratase del fin de semana inaugural, no había demasiada gente en el recinto. De hecho, solo la parte más pequeña de la discoteca estaba abierta. A punto de caer en la decepción, la vi a lo lejos. No lo podía creer. Llevaba un vestido de rayas igualito a mi camiseta de sanjuán. Bailaba con sus amigas, ausente de todos los babosos que la miraban con deseo.

Me acerqué hacia donde estaba y me quedé embobado mirándola. Unos ojos azules increíbles brillaban en su cara, en la que se dibujaba una sonrisa perfecta y una imagen dulce pero traviesa. Sonaba el rabiosa de Shakira cuando mi amiga Catalina empezó a quejarse y a decirme que todos los chicos eran feos, feos, pero feos con F mayúscula. Yo ya no tenía demasiada capacidad de atención en ese momento y a la pregunta de… ¿y tú, has visto a alguna que te guste? solo levanté el brazo y, apuntando con el dedo hacia la chica del vestido de rayas, le respondí: ‘esa’.

Poco a poco la discoteca se fue llenando de gente. Habíamos perdido la cuenta de cuántas copas llevábamos y también la vergüenza para bailar y hacer el gilipollas. Yo que sé de qué me estaría riendo con un colega cuando por mi espalda oí gritar a Catalina diciendo:

¡Jorge! ¡Ven, ven! ¡Me ha dicho que quiere conocerte!

Sin entender nada, le puse una mueca rara y, en medio de la euforia, consiguió aclararme que se había encontrado con la chica del vestido de rayas en el baño y que le había dicho si podía presentarle a un amigo.

Por muchas tías con las que haya ligado descaradamente en bares y discotecas, no podía dar crédito al atrevimiento de mi amiga. Sin dejarme decir que no, me agarró del brazo y me llevó hasta donde estaba ella. Me presenté de la manera más torpe posible. Ella hizo lo mismo sin borrar la sonrisa de su cara. Buena señal, pensé. Hasta tres veces me tuvo que repetir su nombre: Antía. Jamás lo había escuchado. Ella también había bebido sus copas, pero pese a ello, la conversación no parecía fluir entre nosotros. Cuando la vi sacar la Blackberry y ponerse a mandar mensajes, le dije que no quería aburrirla y me fui de vuelta con mis amigos.

Al verme llegar, Catalina empezó a reñirme y salió escopetada a buscar a Antía. A la segunda intentona no fue mucho mejor. Me pidió el whatsapp. Buenísima señal, pensé. Pero ella seguía a lo suyo, sin mostrar demasiado interés en nada que no fuese la pantalla de su móvil. Puede que sea un caradura sinvergüenza, pero no un pesado baboso, así que de nuevo le pedí disculpas por si la había molestado y me volví a marchar.

Pero como no hay dos sin tres, Catalina no estaba dispuesta a darse por vencida en su tarea de celestina y nos volvió a reunir. Con toda la naturalidad del mundo nos dijo:

Esta es la última oportunidad que os doy. No me vayáis a fallar.

Poco tiempo después la acompañaba fuera de la discoteca. Apenas se cerró la puerta de mi coche me sonrió y me besó. Lo que sigue es parte del recuerdo de una de esas noches tan especiales, que difícilmente se borrarán de mi retina miope.

Cuando empezó a aclarar el cielo y el alcohol a apagar su efecto, nos despedimos con un medio beso en la mejilla. No hubo más explicaciones ni pretensiones…

Ya en casa, tirado en la cama, totalmente agotado y agradecidísimo a Catalina (sin la que nada de lo ocurrido hubiera tomado forma), un pitido me hizo mirar el móvil. Un mensaje en el whatsapp decía:

Me has encantado. Volveremos a vernos, ¿no?

Y, perdiéndome en el recuerdo de la inmensidad de esos ojos azules que habían sido míos hacía unos minutos, me quedé profunda y placenteramente dormido.

OFF…

lunes, 13 de junio de 2011

JYSH - AIRES DEL MEDITERRANEO (T3, C5)

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MPBlog: wake me up before you gogo.

Estoy convencido de que todo lo que me está pasando tiene una razón de ser. Me escapo de todo unos meses, y todo ese todo se empeña en pasar por delante de mis narices a modo de resumen de mi vida. Algo así como el previo que ponen en las series de televisión antes de un nuevo capítulo, que sirve para recordar y retomar la historia.

Al igual que me había pasado con el mensaje de Claudia, aquel día que vi a Blanca conectada al messenger no dudé en abrirle conversación. No habíamos vuelto a hablar desde lo de Barcelona y ahí estábamos de nuevo, como si nada hubiera pasado, hablando por chat con la misma ilusión de la primera vez. La puse al día de todo y ella hizo lo mismo. Me entraron unas ganas repentinas de ir a verla, pero Barcelona me quedaba demasiado lejos como para volver a cometer la tontería de ir hasta allí. No conté conque últimamente mis deseos más profundos parecen tomar forma con solo imaginármelos…

Aunque nunca se sabe, a día de hoy parece evidente que mi retiro se acabará en unos meses. Es por ello que he iniciado las labores de búsqueda de trabajo de forma intensiva. En principio no tengo preferencias ni en el puesto, ni en el sueldo, ni en el lugar… así que viendo como están las cosas, echo el currículum a diestro y siniestro por internet en cualquier puesto de trabajo y/o empresa que capta un poco mi atención.

Cuando la semana pasada me llamaron de una potentísima multinacional no podía dar crédito. Eso sí, las pruebas de selección para el puesto de trabajo me obligaban a desplazarme hasta Castellón. Lo primero que pensé fue en la locura de viaje que me esperaba por delante en caso de acudir, así como el gasto de dinero absurdo. No tenía pensado atravesar todo el país, así que mi primera opción fue un NO clarísimo… hasta que hablé con mis padres. Loli me dijo que no sabía que tenía un hijo tan gilipollas que desperdiciaba oportunidades tan interesantes. Cuando a uno le tocan el orgullo, cambia mucho la perspectiva de todo, así que el NO se convirtió en un ¿por qué no?

Y como últimamente estoy absolutamente enganchado a las redes sociales, publiqué la impulsiva decisión en el twitter, sin poder imaginar que recibiría una respuesta que me dejaría con la boca abierta:

Es el destino...el curro te llama. Venga, me apunto. Si vienes hasta aquí vamos en carromato ;)

El impulso definitivo que necesitaba había llegado. El viaje absurdo había tomado ahora una nueva dimensión. La prueba de selección se había convertido en la excusa perfecta para hacer una escapada al Mediterráneo.

La llamé y volví a escuchar su voz. Me dijo que estaba dispuesta a acompañarme hasta Castellón y que, aprovechando que las pruebas se celebraban un viernes, podríamos bajar hasta Valencia y pasar allí el resto del fin de semana juntos. Ninguno de los dos conocíamos la ciudad así que el plan me pareció perfecto y su ofrecimiento era, cuanto menos, un bonito detalle.

La vi sentada en un bordillo a las afueras de un Carrefour. La sensación de toparme con la profundidad de esos ojos fue extraña. Le dediqué mi mejor sonrisa para que entendiera que nada del pasado importaba ya. El tiempo se había encargado de hacer curar las heridas y era momento de disfrutar del reencuentro. Fue todo muy diferente a como había sido un mes atrás con Claudia. La sencillez, la naturalidad y el buen rollo envolvían una atmósfera reposada y amable.

En efecto, visitamos Valencia como habíamos planeado. La ciudad de las artes y las ciencias, la catedral, la lonja de la seda, las torres Quart, el río Turia,… todo me sorprendió más de lo que esperaba. Valencia no es solo paella y naranjas. El recorrido por la impresionante albufera o disfrutar de la horchata y el agua de Valencia junto a un delicioso fartón fueron momentos realmente agradables. Ese día descubrí que su padre había estudiado en Valencia. Nunca me lo había contado y me pareció una bonita coincidencia. Buscamos la calle y la casa donde había vivido para sacarle fotos. Aunque Blanca no sea de las que muestran sus sentimientos a los cuatro vientos, sé que le hizo ilusión vivir ese momento.

Y así, poco a poco y de forma inesperada es como surgen las cosas… cómo una mirada, un gesto, una caricia te hacen acercarte a la otra persona. Casi sin darnos cuenta, estábamos dando rienda suelta a las pasiones. Lo que tanto nos había costado en el pasado, ahora era juego de niños. Todo resultaba fácil y espontáneo. Era como si ese cuerpo desnudo lo conociese desde siempre. Sin secretos, sin miedos, sin tapujos… Ella y yo en medio de todo y, al mismo tiempo, en medio de la nada.

No nos dimos más explicaciones que las necesarias. Poco había que contar y poco queríamos escuchar. Le di las gracias mil veces por todo lo que había hecho por mí ese fin de semana, convirtiendo un viaje agotador y sin sentido en algo loco e irrepetible. Ni qué decir tiene que no me dieron el trabajo que iba buscando, pero lo compartido con Blanca no me lo quita nadie. Fue como sacarse esa espina que llevaba clavada mucho tiempo dentro de mí.

Mientras nos despedíamos, nos prometimos que no tardaríamos tanto en volver a vernos. La invité a que fuera a visitarme y ella me respondió que le encantaría. No fue un beso, sino un abrazo el último gesto de cariño que hubo entre ambos. La sensata insensatez de todo aquello me hizo darme cuenta de que Blanca se había convertido en toda una mujer en los últimos meses y yo… yo no sé muy bien en qué o en quién me he convertido.

OFF…

lunes, 23 de mayo de 2011

AL-ANDALUS: JAEN

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MPBlog: Andaluces de Jaén - Jarcha

Sabes que has llegado cuando el paisaje se convierte en un manto ondulado de olivos. Si alzas la vista y miras a lo lejos, la figura de un castillo custodia desde la montaña una ciudad sorprendente que se desliza por la ladera armoniosamente.

Hoy, continuando el recorrido por Al-Andalus… nos vamos a JAÉN.

Así es la bienvenida a la capital de provincia andaluza más pequeña (con poco más de cien mil habitantes) y una de las grandes desconocidas. Carente de industria pesada y costa, hacen de esta región una tierra de secano eminentemente obrera, con un turismo limitado y una riqueza basada en el monocultivo de olivos y la producción de aceite.

Es Jaén uno de esos lugares que por desconocimiento sorprenden al visitante gratamente. Puede que no haya nada que te deje boquiabierto en esta ciudad, pero es precisamente esa falta de suntuosidad o magnificencia la que logra cautivarte.

Quitando la visita obligada a la hermosa catedral de la Asunción de la Virgen, de estilo gótico-renacentista, y a los baños árabes, reconvertidos parcialmente en una galería de arte, Jaén se descubre realmente cuando se recorren sus calles empedradas y estrechas, llenas de plazas, iglesias y casas de no más de dos pisos que guardan la esencia de un mestizaje entre las culturas castellano-manchega y andaluza.

Y es que Jaén tiene mucho de las comunidades con las que es limítrofe. El andaluz de sus gentes se suaviza respecto al resto de provincias y se funde con expresiones no sólo manchegas, sino también murcianas. Escuchar el pegadizo ¡ea! les aporta un toque sonoro muy característico y la expresión ¡ni pollah! es una muletilla que utilizan tanto como queja, sorpresa o intensificador lingüístico, según las necesidades del hablante.

El mencionado castillo de Santa Catalina es otra de las señas de identidad de Jaén. Desde allí se divisa toda la ciudad, en la que destacan la enormidad de la catedral y, cómo no, del edificio-sede del Corte Inglés. Pero las alturas ofrecen una perspectiva mucho más amplia y es que la mirada se pierde en un horizonte de olivares, los grandes protagonistas de estas tierras. Uno no puede irse de aquí sin probar el exquisito aceite de oliva, con una textura, fluidez, aroma y sabor único, que hace las delicias de quien lo acompaña en una buena tostada con tomate y sal.

Y es que la gastronomía en Jaén es uno de sus muchos atractivos. La ciudad está literalmente repleta de bares y tascas donde disfrutar de las cañitas de cerveza y los tintos de verano, siempre acompañados de las famosas tapas (incluidas en la consumición), que hacen de la comida algo tan distendido como económico.

En cuanto a la vida nocturna, estoy seguro que hay quien piensa que Jaén es solo un pueblo grande carente de ocio en condiciones. Pues bien, tengo que decir que eso no es del todo cierto. Si bien no se puede pretender salir de fiesta entre semana, el ‘botellódromo’ oficial de la ciudad en el recinto ferial se llena los sábados de gente joven dispuesta a disfrutar de la compañía de sus amigos y de conocer a gente nueva.

Ese es, precisamente, uno de los puntos fuertes de Jaén: los lagartos. Y no no me estoy refiriendo a los reptiles, sino a sus habitantes, que son llamados así en honor a ese lagarto de leyenda que devoraba todo a su paso y cuya gula le hizo zamparse una carga de explosivos que acabó con él. Esta ‘triste’ historia nada tiene que ver con los jiennenses, que son graciosos sin ser pesados, amables, sencillos, hospitalarios y cercanos. No importa de dónde vengas, en Jaén uno se siente como en casa en un tiempo récord.

Diversos locales, terrazas y pubs ofrecen en su mayoría música comercial para las masas donde tomarse una copa y echarse unos bailes hasta las 4 de la mañana, hora en la que se echa el cierre en estos locales. Pero ahí no se acaba la noche. Para quien tenga ganas de exprimir las horas más golfas o quiera ver amanecer en Jaén, la ciudad ofrece varias discotecas con precios de entrada que rondan los 8-10€, incluyendo consumición. La discoteca Kharma, una de las más conocidas, dispone de varias salas con distintos tipos de música, cubriendo los gustos y necesidades de los más exigentes. La terraza del piso superior y el buen ambiente en general hacen que uno no quiera que aquello se acabe nunca.

Y aunque se acabe, el despertar es  agradable a la mañana siguiente con el canto de los pájaros, el olor de los campos (aunque a alguno le provoque fuertes ataques alérgicos) y acariciado dulcemente por el sol. Hay quien no verá en esto nada especial… para mí todo fue extra-ordinario. Así es que la despedida se convierte en un hasta pronto con intenciones de volver para conocer todo aquello que no pudo ser por falta de tiempo. Bailén, Baeza, Cazorla, Andújar, Úbeda… son muchos los rincones con encanto que se quedaron en el tintero, pero mientras haya tiempo, ganas nunca faltarán de regresar a Jaén, la ciudad Al-Andalus de lo inesperado.

Ya sólo quedan cinco ciudades por conquistar…

OFF…

lunes, 16 de mayo de 2011

JYSH - DOS FUNERALES Y UNA COMUNION (T3, C4)

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MPBlog: wake me up before you go-go

Me siento como un desfigurado Hugh Grant en la eterna ‘Cuatro bodas y un funeral’ al que todo le pasa a un tiempo.

Si dejé de escribir es porque no tenía fuerzas ni ánimos para hacerlo. El viaje a Londres supuso un subidón de adrenalina con consecuencias inesperadas. El aterrizaje (y nunca mejor dicho) a la cotidianeidad fue de todo menos bonito.

Como si el escupitajo quisiera caérseme encima, desde que se me ocurrió decir que estamos todos separados no han dejado de sucederse momentos de reunión… obligada. Apenas cuatro días después de llegar de Inglaterra algo o alguien en mi mente me dijo que aprovechara los días de Semana Santa para visitar a mis padres. Aunque entre mis planes estaba un viaje a Madrid decidí dejarme llevar por el instinto y por esa voz interior que tan bien me aconseja…

Estaba malina. Al ver su cara supe que estaba donde tenía que estar. Me conoció, me habló y me sonrió. Sabía que sería la última vez que lo haría. Un nudo en el estómago de esos que no se olvidan jamás se me formó al verla salir de la habitación. Las lágrimas querían salir pero encontraron demasiados obstáculos a su paso para hacerlo… hasta que vi su mensaje.

Había sido un día duro, demasiado duro… pero aún quedaba una vuelta de tuerca más que dar. Al encender el facebook al llegar a casa me encontré conque Claudia me había escrito. Si bien es cierto que seguimos manteniendo un contacto esporádico, hacía tiempo que no sabía nada de ella de forma directa. No podía dejar de preguntarme… ¿Por qué justo en ese momento? ¿Acaso existen coincidencias tan potentes? Me comentaba en pocas líneas que se marchaba a vivir al extranjero (después de dejar el trabajo que hace menos de dos años me había arrebatado). Pero no sólo eso, me preguntaba que si por casualidad estaba en la ciudad, podíamos quedar para vernos. No lo podía creer, no lo quería creer… Fue entonces cuando cayeron las primeras lágrimas encerrado entre las cuatro paredes de mi habitación azul.

Al día siguiente nos vimos. Quedamos para cenar. El alcohol de las despreocupaciones, ese que últimamente corre por mis venas en mayor concentración que la propia sangre, nos hizo recordar. Hablamos de lo que nunca nos habíamos atrevido a hablar y compartimos lo que nunca habíamos llegado a compartir. El pasado quiso envolvernos en un halo de protección. Ambos, a las puertas de lo desconocido, volvíamos a tenernos enfrente… como si el tiempo no hubiera pasado desde aquella amarga despedida. En una misma noche reímos, nos peleamos, nos reconciliamos… Llovía de forma intermitente así que al verme sin paraguas me dijo que me acompañaba a casa. Nos parábamos cada poco, recorriendo juntos las mismas calles de siempre una vez más. El cálido amparo de sus brazos me hizo sentirme débil, insignificante, pero protegido… Al hacerme consciente de la pérdida me derrumbé y estallé a llorar. Mis lágrimas se fundían con la lluvia y mis labios con los suyos. Y aunque se tratase de nuevo de una despedida, los dos volvimos a ser uno en ese momento.

Me vestí de negro por y para ella. Me miré al espejo y me di cuenta de lo guapo que estaba. Sólo el abrazo de Olaya en el tanatorio fue capaz de reconfortarme. Afuera hacía un buen día de primavera. No hay nada más bello que el tierno y suave sol de primavera para despedirse de alguien… Pedro y yo, con Loli en medio. Nunca había sentido tan fuerte la unión de la sangre como en ese momento.

Y casi sin darme cuenta todo había pasado. Volvía a estar lejos de casa, trabajando y esperando a Tania. Sí, la chica con la que algún día veré el atardecer desde el muelle.

Ya lo intuía y mis peores presagios se hicieron realidad. Poco duró la calma. Apenas quince días más tarde, una llamada de Loli mientras me dirigía a la playa, me puso en alerta. 24 horas más tarde, volvía a poner rumbo a casa.

Me vestí de negro, me miré al espejo y me volví a dar cuenta de lo guapo que estaba. Cuando vi los ojos de Susi y Yoli tras los cristales oscuros de las gafas supe que estaba donde tenía que estar. A mis 27 años, no quiero ni imaginarme en la misma situación. Por ello que sentarme al lado de mi padre Luis en el banco de la iglesia, fue todo un regalo en ese momento. Volví a sentir fuerte la unión de la sangre.

Y casi sin darme cuenta todo había pasado. El luto apenas duró una semana antes de que todos nos volviéramos a reunir para la comunión del hermano pequeño de Jose. Como si nada hubiera pasado, comimos y bebimos a destajo, hartándonos de reír y celebrar quién sabe qué cuando no hay nada por lo que brindar. Al menos estábamos juntos.

Y casi sin darme cuenta todo había pasado. Volvía a estar lejos de casa, trabajando y esperando a Tania. Sí, la chica con la que algún día pasearé en barca en ese parque.

Soy de los que piensan que las cosas no suceden porque sí. Por eso creo en los aires de renovación que tanta falta nos hacían y nos hacen a todos. El proceso de cambio se ha iniciado una vez más y no hay que demorarlo. Pero antes, hay heridas que tienen que cerrarse. Ayer tarde, al encender el ordenador, ahí estaba ella conectada. Fue entonces cuando me di cuenta de que las coincidencias potentes existen. Una conversación, un viaje, un reencuentro… Blanca también ha vuelto a mi vida.

OFF…

viernes, 29 de abril de 2011

ESPEJITO, ESPEJITO…

imageComo venía haciendo cada mañana de cada uno de los días de su desapacible y agotada vida, se acercó al espejo para hacerle por enésima vez la eterna pregunta:

- Espejito, espejito… dime, ¿quién es la mujer más guapa del reino?

- …

- ¿Qué te ocurre que no dices nada? ¿Acaso tienes algún atisbo de duda?

- …

- ¡Te ordeno que te pronuncies inmediatamente!

- Oh, mi señora… a decir verdad no hay indecisión alguna al respecto…

- ¿Entonces? ¿Cuál es el problema entonces?

- Ella…

- ¿Ella? ¿De qué estás hablando? ¿Quién es ella?

- Ella… Ella es la mujer más guapa del reino… Quizás su pelo no esté arreglado ni sea sedoso, pero se mueve con naturalidad y soltura… quizás sus labios no estén perfilados ni sean carnosos, pero pronuncian las palabras más bellas… quizás sus ojos no sean tan bellos ni llamativos, pero transmiten paz e iluminan a quien los mira… quizás sus pechos no sean tan grandes y turgentes, pero guardan en su interior un corazón fiel y lleno de amor…

Por primera vez en mucho tiempo algo se le removió por dentro. Todo en lo que había creído, todo lo que había estado buscando… nada cobraba ya sentido. No había sabido valorar lo que tenía, no había logrado apreciar la auténtica belleza verdadera… y ahora ya era demasiado tarde para hacerlo.

Y, mientras delante de sí misma ya no aparecía su reflejo, sino la inesperada imagen de una chica risueña, cálida y sencilla, tomó del suelo una piedra y desató en un instante toda la ira y la rabia contenida durante años, haciendo saltar en añicos el espejo y granjeándose así toda una vida de triste y agónica mala fortuna.

jueves, 21 de abril de 2011

LA ULTIMA CENA

Habían cenado juntos muchas otras veces, pero él sabía que ésta sería la última.

Preparó los víveres, aderezó la estancia y se dispuso a compartir ese momento especial alrededor de una mesa que ya no era tal.

Los olores que despedían los platos no recordaban a los suculentos manjares que se habían servido otras veces, pero no era momento de ponerse exquisito con la comida.

Se cogieron de la mano y levantó la primera cucharada… Dando gracias la pasó diciendo: tomad y comed todos de él, pues este es mi cuerpo. Cuerpo que suda, que tiembla, que llora… cuerpo que es sólo un reflejo de lo que algún día fui… cuerpo que goza y que sufre… cuerpo que hoy entrego.

Un nudo se apoderó de su garganta a medida que pronunciaba estas palabras. La angustia le recorría de punta a punta, pero sabía que debía guardar la compostura y seguir con el ritual. Siempre había sido muy litúrgico y ahora no iba a dejar de serlo.

Del mismo modo acabada la cena, tomó el cáliz, un cáliz lleno de agua, que es más pura que el vino… Dando gracias de nuevo la pasó diciendo: tomad y bebed todos de él, pues esta es mi sangre. Sangre que recorre mis arterias y mis venas… sangre que ya no es azul, ni roja, sino transparente… sangre que me da vida y que, al mismo tiempo, me la quita… sangre que será derramada por vosotros. Haced esto en memoria mía.

Algunos de los presentes entendían perfectamente lo que estaba diciendo, otros se miraban extrañados sin saber cómo actuar. Nunca antes había quedado nada sobre la mesa. En esta ocasión, parecían haber perdido el apetito. Y cuanto menos comía, más sed tenía. Sed de calma, de reposo, de descanso. Siempre había esperado este momento con temor, pero el mero hecho de estar presente le reconfortaba.

El cansancio y el agotamiento hicieron del sueño una necesidad inevitable. Se volvieron a coger de la mano, se despidieron con nostalgia y se dieron un beso en la frente… de esos que tanto le gustaban. No hubo traición alguna en este beso, sino que se convirtió en uno de los besos más puros, dulces e intensos que daría nunca. Era el beso del amor verdadero. Igual que yo os he amado, amaos también los unos a los otros, les dijo.

Se acostó y fue cerrando los ojos. Una última confesión entre susurros hizo que una lágrima le recorriera la mejilla. Siempre había querido decírselo y nunca había reunido el valor suficiente. Sin saber si era demasiado tarde, sabía que había llegado el momento. Una leve mueca que recordaba a una sonrisa parecía querer dar la aprobación a sus palabras. Él así lo entendió y así se fue. Y aunque todo era silencio sabía que no se iba solo. Un ángel le acompañaría para siempre… cuidándolo, sintiéndolo, amándolo…

miércoles, 13 de abril de 2011

JYSH–LOS LONDRES AL RON (T3, C3)

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MPBlog: wake me up before you gogo.

La gente que no bebe se pierde grandiosos momentos. Antes de volver a pillarme los dedos, quiero aclarar que no pretendo con esta afirmación hacer apología del alcohol pero, ciertamente, es una maravilla.

Los momentos más divertidos, las preguntas más indiscretas, las mayores meteduras de pata, las grandes hazañas… y las decisiones más impulsivas. Todo ello sólo se realiza cuando uno lleva unas cuantas copas encima.

Estaba con unos colegas tomándonos ‘el lote’ que habíamos comprado en los chinos en un botellón lleno de niñatos cuando me llamó Jose todo rallado. El loco estaba borracho y me dijo que acababa de tirarse de nuevo a Toni, un español que ha conoció allí en Alemania. El lío en el que está metido mi amigo es digno de ser contado, pero tiempo al tiempo.

Después de escucharle monologuear un buen rato le dije que se calmara, pero como yo tampoco iba demasiado fino, empezamos a divagar y a meternos en terrenos pantanosos. Jose me dijo que necesitaba hablar conmigo en persona y a mí no se me ocurrió otra idea que citarle en Londres… ¿por qué allí? Pues porque desde bien pequeños habíamos querido ir y nunca habíamos logrado escaparnos. Sólo con esa ilusión en mente logré colgarle el teléfono y dejar de pagar la llamada internacional, que me estaba costando un ojo de la cara. Claro que al levantarme al día siguiente, lo que menos esperaba era encontrarme en Facebook con un mensaje de Jose…

Lo de Londres sigue en pie, ¿no? ¡Porque yo ya tengo billete!

No lo podía creer. Jose es muy lanzao, pero aun así no me dio opción a reaccionar. Ni a mí, ni a nadie. Ya se había encargado de crear un evento en la red social para todos nuestros colegas… ¡y la gente le seguía la bola! Susi y Sara fueron las primeras en apuntarse y, aunque hubo que convencerle un poco, Nando también lo hizo. La que no pudo escaquearse del curro fue Olaya y bien que lo sentimos todos.

Y así, sin apenas darme cuenta, me vi subido en un ruidoso y ‘confortabilísimo’ avión de Ryanair rumbo a la capital inglesa. Llegamos tan tarde que fue casi misión imposible encontrarnos los cinco. Pero lo hicimos, en Victoria Station… y ahí comenzó la aventura. No se nos ocurrió otra cosa que patearnos tooooda la ciudad hasta el albergue, situado justo por encima de Hyde Park. Conclusión, nos ahorramos unas cuantas libras de taxi pero llegamos a la habitación pasadas las cuatro de la madrugada.

Con las legañas pegadas nos levantamos al día siguiente, pero nuestros ojos se abrieron totalmente al ver que lucía un sol primaveral increíble tras la ventana. Nos habían engañado cuando decían que Londres es gris. El desayuno fue especialmente fructífero para Sara y Jose, que encontraron en uno de los limpiadores la excusa perfecta para babear sobre la tostada con manteca de cacahuete.

Todos, en camiseta, comenzamos a mirar guías y mapas para organizar los cuatro días que pasaríamos en la ciudad. Al final y, pese al miedo inicial y característico de Sara, todo salió sobre ruedas. Aunque nos quedaron lugares por ver como el meridiano de Greenwich o el interior de la Torre de Londres y la Abadía de Westminster (todo carísimo, por cierto), la verdad es que aprovechamos un montón el tiempo. Desde el mítico Buckingham Palace, Trafalgar Square, Big Ben, Tower Bridge, Covent Garden o Picadilly Circus hasta los barrios de Candem, Notting Hill, el Soho o Chinatown. Tampoco nos faltó la foto en Abbey Road, la visita a Harrods, así como momentos de relax en parques y de aprendizaje en museos. 

Durante esos días las galletas maría se convirtieron en la base de nuestra alimentación, aunque tampoco faltaron las hamburguesas, los kebabs, los bocadillos y las pizzas. Nuestro mayor logro culinario fue cocinar pasta en la cocina del hostel. Todo ello acompañado de litros y litros de agua para Susi, que parecía un sumidero bebiendo… Ahora bien, no fue el agua la protagonista del viaje, sino el ron. Botellas directamente facturadas desde España hicieron las delicias de todos nosotros.

Jugar a la pirámide en el albergue ante la atónita mirada de nuestro compañero de habitación fue el comienzo de una noche irrepetible. Trago tras trago, perdimos la noción de la hora hasta que alguien recordó que en Londres los pubs cierran antes. Antes de salir, Jose se dejó alisar el flequillo por las chicas. No nos reímos ni nada a su costa.

Cogimos uno de los últimos metros para llegar al centro y buscamos una discoteca que nos habían recomendado… Con un pedal curioso no supimos decir que no a las 20 libras que nos cobraron por entrar, pero que pronto nos arrepentimos de pagar. No podíamos estar más fuera de lugar con nuestros vaqueros en un local donde todos iban de etiqueta. Las copas a diez libras no ayudaron a mejorar la situación y la coña inicial pasó a convertirse en una tomadura de pelo. Fui al baño a mear y, al darme la vuelta del meadero, tenía a un señor con jabón para que me lavara las manos y una toalla para secármelas. Enfrente de mí, toda una selección de colonias que no me atreví ni a tocar por miedo a que también me las cobraran. Salí del baño tan asombrado y desubicado que me subí a la calle a hablar por teléfono y respirar aire puro (si es que eso es posible en Londres).

Al rato aparecieron Susi y Nando discutiendo. Nando estaba enfadado con el mundo. Al parecer, Jose y Sara se habían ido de la discoteca y estaban ilocalizables en un bar del soho, después de que les hubieran intentado robar la cámara de fotos. Nando se obcecó en la idea de pirarse solo al albergue y allí me dejó con Susi, que se pegó un buen disgusto mientras tratábamos de contactar con los dos ‘fugitivos’. Puede que no fuese la noche ideal que habíamos imaginado a priori, ni falta que hizo. Todo aquello resultó tan loco y disparatado que en lo venidero se convirtió en una coña recurrente de nuestra inexperiencia.

Pero como no solo de borracheras viven los jóvenes (aunque casi), no faltaron muchos otros momentos para el recuerdo como la parada en el fish&chips, la merienda en el Starbucks, quemarnos el culo en los leones de Trafalgar, la foto buscando a Wally, el picnic en Regents Park, los momentos en el descansillo de la escalera, el intento de búsqueda frustrado del andén 9 y 3/4, el viaje en tiovivo al más puro estilo Mary Poppins o la actuación de Sara en el Speaker’s corner, que resultó ser uno de los mejores momentazos.

Tan pronto como llegamos, nos tocó volver… y allí estábamos de nuevo los cinco en Victoria Station como cinco indigentes tirados en la calle de madrugada esperando coger el bus que nos llevaría hasta Stansted, tapándonos con toda la ropa que teníamos a mano para sobrellevar la bajada nocturna de las temperaturas, cansados a más no poder y deseando pegarnos una ducha en nuestras casas.

¡Quién nos lo iba a decir! Aun con la ausencia de Olaya, logramos volver a reunirnos todos. Fue la primera vez que lo conseguimos desde el fracaso de la boda y, aunque nadie comentó nada, todos lo tuvimos presente, siendo lo suficientemente conscientes de cuánto han cambiado las cosas en los últimos tiempos y lo complicado que será volver a coincidir, pero siendo también lo suficientemente inconscientes como para olvidarnos de todo, dejar a un lado los problemas y disfrutar de la compañía y el momento juntos. Son estas experiencias las que me demuestran que no hay nada como los amigos. Así que hoy brindo por ellos la última copa de ron que quedaba en el culo de la botella. Por los amigos…

OFF…

lunes, 14 de marzo de 2011

JYSH–TODOS ESTAMOS LEJOS (T3, C2)

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MPBlog:

Lo primero de todo, perdón. El administrador del blog me ha obligado a que os lo pida. Me ha dicho que le pareció fuera de lugar que me atreviera a escribir la entrada anterior bebido y fumado. Yo no creo que sea para tanto. De hecho, no habéis sido pocos los que habéis destacado la singularidad y sinceridad de lo que escribí. Sabéis que el día de san Valentín no me sienta nada bien. Era la única forma de volver a retomar esto. Ahora ya puedo poneros al día, más o menos.

Como os podréis imaginar, la ola de sucesos acontecida durante el intento de boda de Olaya supuso un cambio radical en la vida de todos y cada uno de nosotros. Tal y como si se tratase del recientísimo accidente de Fukushima, una reacción en cadena empezó a liberar toda la energía que llevábamos dentro acumulada.

A la vuelta de nuestras vacaciones en la playa, Olaya y yo pensamos que los ánimos estarían más calmados y que nosotros mismos podríamos afrontar nuestros problemas de forma más tranquila y sensata. Estábamos equivocados. En el barrio, toda una serie de caras largas nos esperaban. Los reproches por parte de nuestras familias no tardaron en aparecer y el agobio nos volvió a invadir. El peor momento fue cuando Olaya tuvo que regresar a Barcelona a trabajar. Me embargó el miedo a estar sin trabajo en un país que ya roza los cinco millones de parados y la ausencia de noticias acerca de mi supuesta paternidad me llevaron al borde de los nervios. Muchas noches pedí que ese susto no llegara a materializarse, pero creo que una vez asumí la posibilidad de ser padre, me hice hasta ilusiones. Cuando por fin supe que todo había sido una falsa alarma, sentí dentro de mí un vacío absoluto. Me sentí solo de nuevo.

Así fue como tomé la decisión de volver a irme de mi tierra, así fue como llegué hasta aquí. Sin saber cómo ni por qué. Lo cierto es que los últimos meses lejos de todo y de todos pueden considerarse como una especie de retiro espiritual que me está permitiendo reencontrarme conmigo mismo y tomar decisiones acerca del rumbo que quiero darle a mi cada vez más absurda existencia. Disfrutando es la palabra que mejor definiría mi situación actual. Por primera vez en mucho tiempo, hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero. He conocido a mucha gente interesante, estoy trabajando lo justo y descubriendo facetas de mí que hasta ahora desconocía. Todo esto, unido a mi independencia económica, hace que me sienta bien conmigo mismo, aunque las cosas sigan caóticamente desordenadas. Y eso, a mis veintisiete recién cumplidos, es un logro en sí mismo.

Olaya no ha tenido tanta suerte. La niña con el camino marcado y el cauce perfecto ha dejado paso a una mujer totalmente desubicada. De momento, sigue en Barcelona con su residencia en el hospital, pero ya se ha planteado el traslado en varias ocasiones. Se ha alquilado un piso que espero visitar dentro de poco y parece que está retomando el vuelo, aunque he de decir que aún me tiene algo preocupado. Nunca la he visto tan desanimada. Y es normal, ya que después de todo el jaleo, lo de Pablo duró lo que dura un cubito de hielo, porque pronto volvieron a surgir las dudas, indecisiones e inseguridades habituales entre ambos. Visto desde fuera, son esa pareja que por mucho que se quieran, perdieron su oportunidad. Tuvieron su momento y ahora cada uno debe asumir que sus caminos han tomado rumbos completamente distintos. A veces no es suficiente amarse para que triunfe el amor.

Otro que no se salvó de la vorágine generada en Barcelona fue Jose. Al principio le ocultó a su chico el desliz con Edu, pero los remordimientos terminaron atacándole y acabó por contárselo. Según tengo entendido, Juan rompió a llorar al oír la confesión, pero al ver a mi amigo completamente arrepentido decidieron darse una nueva oportunidad. Nada volvió a ser como era antes. Al poco tiempo de aquello, las sospechas de que Juan se estaba follando a su antiguo novio, hicieron que Jose acabara por romper una baraja que ya estaba rota. Una bronca de esas que hacen historia puso fin a la relación. Yo sé que Juan se sintió aliviado. Se veía a leguas que nunca le perdonaría a Jose su infidelidad pero no fue lo suficientemente valiente como para dejarle las cosas claras cuando debería haberlo hecho. Jose se vino abajo y no encontró en quién sostenerse, así que también decidió marcharse del barrio. Encontró trabajo en Alemania y allí parece que está golfeando como solía hacer. Las tornas se han cambiado y ahora es él el que se ha metido en medio de una pareja. Yo ya le he dicho que le gustan demasiado los triángulos. Y aunque sé que echa de menos a Juan, él se escuda diciendo que aún no le ha llegado el chico adecuado. No se lo discuto.

Pero, como no hay dos sin tres, Nando también acabó dejándolo con su chica. Viendo que nada le ataba ya a la tierra y que todos nos estábamos aliviados en nuestros respectivos nuevos destinos, decidió ponerse a buscar algo en lo que emplear su tiempo. Finalmente, parece que Nando acabará haciendo un máster en Marbella, algo que ya llevaba macerando hace tiempo pero sobre lo que no terminaba de dar el paso. Ahora parece que por fin se ha decidido. Aunque hablo menos con él que con Jose y Olaya, se le ve con ganas e ilusionado. Tal y como están las cosas, creo que con eso basta.

Y es que lo que podría parecer un imposible hace tiempo, es hoy sencillísimo gracias a las nuevas tecnologías. Por muy lejos que estemos los unos de los otros, nuestras vidas siguen conectadas de alguna forma y todos estamos en contacto directo y continuo. No hay distancias lo suficientemente grandes en este universo como para que se rompa ese vínculo único que hay entre nosotros y menos ahora, cuando parece que se está cociendo una buena. La olla a presión sigue en efervescencia, pero llegará el día en que todo salte. Y ese día, ahí estaré yo para contarlo.

OFF…