lunes, 13 de abril de 2009

JYSH - CARRETERA CON CURVAS (T1-C6)

ON...

Hace ya bastantes días que no me paso por aquí. Y me lo vais a perdonar. He estado ocupado. Realmente ocupado. Para compensaros la ausencia, os debo una explicación.

El miércoles salí de la oficina como alma que lleva el diablo (y la verdad, es que nunca mejor dicho). Hace tiempo que no piso una iglesia y por mucha Semana Santa que fuera, no estaba entre mis planes vacacionales bendecir palmas, rezar salmos, meditar sobre lo divino ni llenarme de gloria espiritual. Más bien, necesitaba un poco de vidilla con la que romper con la rutina...

Cogí el coche con mis dos mejores amigos, Jose y Nando, y nos fuimos de road-trip hasta donde nos llegaran las ganas y la gasolina. Resultado... una locura de fin de semana.

El miércoles paramos en medio de la nada y nos cogimos un pedo de los buenos recordando viejas historias. Aún algo ebrios volvimos a la carretera. Anochecía y Nando empezó a ponerse pesao con ir de putas. Sabe que yo paso de eso y Jose es gay, así que no encontró mucho apoyo para su plan nocturno. Pero era él el que conducía, así que acabamos en el aparcamiento de un local de striptease.

Lo cojonudo es que una vez dentro, Jose fue el que más éxito cosechó entre las chicas, así que Nando terminó pillando un rebote de los suyos y a la media hora ya estábamos los tres de vuelta en el coche. Nando no consiguió su propósito, pero nos echamos unas risas.

Nos despertamos con el sol del mediodía. Llevábamos más de un día alimentando nuestro cuerpo de alcohol y bocadillos, así que el jueves decidimos hacer un exceso y celebrar nuestra propia última cena. Paramos en un pequeño pueblo pesquero y vimos pasar una procesión. Allí el vino corría a raudales y nos hinchamos a comer pulpo por cuatro duros.

Después de cerrar todos los bares del pueblo hacía una rasca que cortaba la respiración, pero ninguno de los tres fue capaz de decir que no tras el grito de guerra ¿a que no hay cojones de bañarse ahora en la playa? Así que los tres acabamos en bolas y borrachos en el agua, preguntándonos si Judas ya le habría dado el beso a Cristo a esas horas.

Con un resacón de la ostia y oliendo a humanidad, nos tomamos un buen chuletón (¿Quién dijo viernes de vigilia?) antes de iniciar el viaje de regreso.

Dormí casi 24 horas seguidas y, aunque tenía el cuerpo totalmente machacado, había que rematar el puente, así que el sábado salimos a tomarnos una birras en plan 'tranki'. Pero quería el destino que pecara. Y pequé. Vaya si lo hice...

Al salir de la cervecería vi a un pavo discutiendo con una tía. Vaya, nada fuera de lo común. Pero al fijarme un poco más me di cuenta de que yo conocía a esa chica, así que me salió la vena protectora y me acerqué buscando bronca. El tío era un mierdas, así que no hizo falta ni llegar a las manos. Mis amigos, unos cagaos, ya se habían pirado, así que ahí me encontraba yo de nuevo frente a ella.

Sin pensárselo dos veces, me metió la lengua hasta el fondo y yo, que no sé decir que no, le seguí el juego. Acabamos en su casa, follando durante horas y sudando todo el alcohol que habíamos ingerido. Pero el domingo tocaba resucitar a la vida real, así que fui cristianamente a misa para contentar a mis padres y sí, di gracias al Señor por las últimas 72 horas que me había regalado.

Hoy, con la dura vuelta al trabajo, la he vuelto a ver. No nos hemos ni saludado y ambos apartamos la mirada cuando estamos cerca, pero llevo toda la mañana pensando en los increíbles pechos desnudos de Claudia. Y eso, y aunque la Semana Santa se haya terminado, sí que es una penitencia.

OFF...

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