lunes, 14 de marzo de 2011

JYSH–TODOS ESTAMOS LEJOS (T3, C2)

imageON…

MPBlog:

Lo primero de todo, perdón. El administrador del blog me ha obligado a que os lo pida. Me ha dicho que le pareció fuera de lugar que me atreviera a escribir la entrada anterior bebido y fumado. Yo no creo que sea para tanto. De hecho, no habéis sido pocos los que habéis destacado la singularidad y sinceridad de lo que escribí. Sabéis que el día de san Valentín no me sienta nada bien. Era la única forma de volver a retomar esto. Ahora ya puedo poneros al día, más o menos.

Como os podréis imaginar, la ola de sucesos acontecida durante el intento de boda de Olaya supuso un cambio radical en la vida de todos y cada uno de nosotros. Tal y como si se tratase del recientísimo accidente de Fukushima, una reacción en cadena empezó a liberar toda la energía que llevábamos dentro acumulada.

A la vuelta de nuestras vacaciones en la playa, Olaya y yo pensamos que los ánimos estarían más calmados y que nosotros mismos podríamos afrontar nuestros problemas de forma más tranquila y sensata. Estábamos equivocados. En el barrio, toda una serie de caras largas nos esperaban. Los reproches por parte de nuestras familias no tardaron en aparecer y el agobio nos volvió a invadir. El peor momento fue cuando Olaya tuvo que regresar a Barcelona a trabajar. Me embargó el miedo a estar sin trabajo en un país que ya roza los cinco millones de parados y la ausencia de noticias acerca de mi supuesta paternidad me llevaron al borde de los nervios. Muchas noches pedí que ese susto no llegara a materializarse, pero creo que una vez asumí la posibilidad de ser padre, me hice hasta ilusiones. Cuando por fin supe que todo había sido una falsa alarma, sentí dentro de mí un vacío absoluto. Me sentí solo de nuevo.

Así fue como tomé la decisión de volver a irme de mi tierra, así fue como llegué hasta aquí. Sin saber cómo ni por qué. Lo cierto es que los últimos meses lejos de todo y de todos pueden considerarse como una especie de retiro espiritual que me está permitiendo reencontrarme conmigo mismo y tomar decisiones acerca del rumbo que quiero darle a mi cada vez más absurda existencia. Disfrutando es la palabra que mejor definiría mi situación actual. Por primera vez en mucho tiempo, hago lo que quiero, cuando quiero y como quiero. He conocido a mucha gente interesante, estoy trabajando lo justo y descubriendo facetas de mí que hasta ahora desconocía. Todo esto, unido a mi independencia económica, hace que me sienta bien conmigo mismo, aunque las cosas sigan caóticamente desordenadas. Y eso, a mis veintisiete recién cumplidos, es un logro en sí mismo.

Olaya no ha tenido tanta suerte. La niña con el camino marcado y el cauce perfecto ha dejado paso a una mujer totalmente desubicada. De momento, sigue en Barcelona con su residencia en el hospital, pero ya se ha planteado el traslado en varias ocasiones. Se ha alquilado un piso que espero visitar dentro de poco y parece que está retomando el vuelo, aunque he de decir que aún me tiene algo preocupado. Nunca la he visto tan desanimada. Y es normal, ya que después de todo el jaleo, lo de Pablo duró lo que dura un cubito de hielo, porque pronto volvieron a surgir las dudas, indecisiones e inseguridades habituales entre ambos. Visto desde fuera, son esa pareja que por mucho que se quieran, perdieron su oportunidad. Tuvieron su momento y ahora cada uno debe asumir que sus caminos han tomado rumbos completamente distintos. A veces no es suficiente amarse para que triunfe el amor.

Otro que no se salvó de la vorágine generada en Barcelona fue Jose. Al principio le ocultó a su chico el desliz con Edu, pero los remordimientos terminaron atacándole y acabó por contárselo. Según tengo entendido, Juan rompió a llorar al oír la confesión, pero al ver a mi amigo completamente arrepentido decidieron darse una nueva oportunidad. Nada volvió a ser como era antes. Al poco tiempo de aquello, las sospechas de que Juan se estaba follando a su antiguo novio, hicieron que Jose acabara por romper una baraja que ya estaba rota. Una bronca de esas que hacen historia puso fin a la relación. Yo sé que Juan se sintió aliviado. Se veía a leguas que nunca le perdonaría a Jose su infidelidad pero no fue lo suficientemente valiente como para dejarle las cosas claras cuando debería haberlo hecho. Jose se vino abajo y no encontró en quién sostenerse, así que también decidió marcharse del barrio. Encontró trabajo en Alemania y allí parece que está golfeando como solía hacer. Las tornas se han cambiado y ahora es él el que se ha metido en medio de una pareja. Yo ya le he dicho que le gustan demasiado los triángulos. Y aunque sé que echa de menos a Juan, él se escuda diciendo que aún no le ha llegado el chico adecuado. No se lo discuto.

Pero, como no hay dos sin tres, Nando también acabó dejándolo con su chica. Viendo que nada le ataba ya a la tierra y que todos nos estábamos aliviados en nuestros respectivos nuevos destinos, decidió ponerse a buscar algo en lo que emplear su tiempo. Finalmente, parece que Nando acabará haciendo un máster en Marbella, algo que ya llevaba macerando hace tiempo pero sobre lo que no terminaba de dar el paso. Ahora parece que por fin se ha decidido. Aunque hablo menos con él que con Jose y Olaya, se le ve con ganas e ilusionado. Tal y como están las cosas, creo que con eso basta.

Y es que lo que podría parecer un imposible hace tiempo, es hoy sencillísimo gracias a las nuevas tecnologías. Por muy lejos que estemos los unos de los otros, nuestras vidas siguen conectadas de alguna forma y todos estamos en contacto directo y continuo. No hay distancias lo suficientemente grandes en este universo como para que se rompa ese vínculo único que hay entre nosotros y menos ahora, cuando parece que se está cociendo una buena. La olla a presión sigue en efervescencia, pero llegará el día en que todo salte. Y ese día, ahí estaré yo para contarlo.

OFF…

No hay comentarios: