viernes, 29 de abril de 2011

ESPEJITO, ESPEJITO…

imageComo venía haciendo cada mañana de cada uno de los días de su desapacible y agotada vida, se acercó al espejo para hacerle por enésima vez la eterna pregunta:

- Espejito, espejito… dime, ¿quién es la mujer más guapa del reino?

- …

- ¿Qué te ocurre que no dices nada? ¿Acaso tienes algún atisbo de duda?

- …

- ¡Te ordeno que te pronuncies inmediatamente!

- Oh, mi señora… a decir verdad no hay indecisión alguna al respecto…

- ¿Entonces? ¿Cuál es el problema entonces?

- Ella…

- ¿Ella? ¿De qué estás hablando? ¿Quién es ella?

- Ella… Ella es la mujer más guapa del reino… Quizás su pelo no esté arreglado ni sea sedoso, pero se mueve con naturalidad y soltura… quizás sus labios no estén perfilados ni sean carnosos, pero pronuncian las palabras más bellas… quizás sus ojos no sean tan bellos ni llamativos, pero transmiten paz e iluminan a quien los mira… quizás sus pechos no sean tan grandes y turgentes, pero guardan en su interior un corazón fiel y lleno de amor…

Por primera vez en mucho tiempo algo se le removió por dentro. Todo en lo que había creído, todo lo que había estado buscando… nada cobraba ya sentido. No había sabido valorar lo que tenía, no había logrado apreciar la auténtica belleza verdadera… y ahora ya era demasiado tarde para hacerlo.

Y, mientras delante de sí misma ya no aparecía su reflejo, sino la inesperada imagen de una chica risueña, cálida y sencilla, tomó del suelo una piedra y desató en un instante toda la ira y la rabia contenida durante años, haciendo saltar en añicos el espejo y granjeándose así toda una vida de triste y agónica mala fortuna.

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