miércoles, 11 de junio de 2008

NOCHES MUDAS

ON...


Hay personas de DÍA. Las llaman alondras.

Hay días soleados y días lluviosos. Hay días de vacaciones y días caseros. Hay días de rutina y días irrepetibles. Hay días en los que te levantas con el pie izquierdo y días en los que la suerte te sonríe. Hay días de resaca y días de madrugón. Hay días de playa y días de compras. Hay días de vida... y días de muerte. Hay días de día y días de noche.

Hay personas de NOCHE. Las llaman búhos.

Hay noches estrelladas y noches de luna llena. Hay noches de fiesta y noches de sueño. Hay noches de verano y noches de recuerdos. Hay noches que se alargan hasta el amanecer y noches que no deberían acabar nunca. Hay noches de película y noches de copas. Hay noches en familia y noches a solas. Hay noches de estudio y noches de boda. Hay noches de sexo y noches de tertulia. Hay noches con pesadillas y noches de dudas. Hay noches de pensamientos y noches en que no das una. Hay noches ruidosas... y también HABÍA noches mudas.

Hace casi una semana que no veo 'Noche Hache' en la programación de Cuatro. Eva Hache y su equipo han decidido dar por finalizado uno de los pocos programas que aún permanecía en Cuatro desde sus inicios, a pesar de que las audiencias han estado siempre bastante por encima de la media de la cadena.

Si bien ya hace una temporada bastante grande que no lo veía, aún recuerdo ese primer programa en el que Eva Hache me hizo esbozar la primera sonrisa de una larga serie de noches riéndome a plena carcajada a horas en que los niños duermen.

Gracias a ese horario raro que invadió el inicio de mi vida universitaria hace ya casi tres años, pude disfrutar de uno de los late-shows más frescos y ágiles que la televisión española haya emitido en toda su historia.

Eva Hache y sus colaboradores fueron los causantes de mi reducción en el número de horas de sueño, de que bostezara en las clases de aquel primer año y de que algún profesor me preguntara si la causa de mi cansancio era, precisamente, Eva Hache.

Y es que esperaba con ansia a Eva todas las noches de lunes a jueves. Ella no faltaba nunca a su cita. Y yo, por supuesto, tampoco. Escuchaba sus monólogos y me reía con ella, me ponía al día con ella, me dormía con ella... Eva fue mi pecado y yo no pude evitar morder la manzana.

La HACHE invadió mi vida y mis noches se volvieron mudas.

Dejé de verla y me sentí liberado, pero mis noches siguieron siendo mudas.

Ahora que 'Noche Hache' ha acabado... El día se ha convertido en noche. Y la noche ahora es MÍA.

OFF...

No hay comentarios: