lunes, 14 de febrero de 2011

JYSH - FLECHAZOS Y CORAZONADAS (T3, C1)

imageON…

MPBlog: wake me up before you go-go

Tiemblan. Mis manos tiemblan como el primer día. Mis tímidos dedos se deslizan con torpeza por el teclado de un ordenador nuevo descuidado, como si fuera la primera vez que tienen la necesidad de contar algo de importancia insignificante a escala macrocósmica.

Han pasado siete meses, siete largos meses desde entonces...

Llueve. Cae una increíble tormenta, donde desde hace unas semanas siempre suele estar el sol. Las gotas de agua son lágrimas de un cielo gris que golpea su rabia contra mi cristal, recordándome con severidad de dónde vengo y haciendo que me pregunte cómo cojones he llegado hasta aquí.

Si algo no ha cambiado en absoluto es que sigo dando palos de ciego y aún preveo que lo seguiré haciendo a un ritmo tal que no estoy seguro de poder llegar a controlar. No me extrañaría que se me acabara escapando de las manos definitivamente…

Hablamos. A menudo y de forma prolongada. Hemos vuelto a crear ese enlace único. Como cuando éramos niños y el tiempo y el espacio se detenían para escondernos sólo a nosotros dos. En todo este tiempo he llegado a entender a Olaya de tal forma que me he dado cuenta de que la perfección y el caos más absoluto se rozan tanto que muchas veces acaban dándose la mano.

Todo lo acontecido me ha pasado factura. Lastres que se caen, personas que se pierden, ilusiones que se desvanecen… La purificación no está exenta de sacrificios. Hoy no es día de dar explicaciones pero he aprendido que NADA sale a coste cero. Mamá, papá, Pedro, Jose, Nando, Teresa, Ismael, Blanca, Claudia e incluso la propia Olaya. Todo ha cambiado… yo diría que demasiado.

Amo. Como nunca antes lo había hecho. El amor se ha convertido en el gran epicentro de mi existencia actual. Ese mismo amor del que siempre renegué y al que tanto miedo le tengo. Quizás sea por eso que sigue siendo un amor inconsistente y etéreo. Mi yo más íntimo me impide ser valiente y afrontarlo de una vez por todas. Será por mi jodida experiencia…

Hoy es San Valentín y pese a todo sigo solo. Más solo que nunca. Y digo pese a todo porque no he dejado de conocer a gente estos meses. Muchas chicas que parecían interesantes y resultaron interesadas, que parecían listas y resultaron listillas, que parecían hermosas por fuera y estaban podridas por dentro. Ninguna ha merecido la pena… hasta que llegó ella. Así es que me da igual que Cupido se haya vuelto a olvidar de mí este año porque yo sé que Tania está hecha para mí. Sé que algún día caminaremos juntos por ese muelle donde cada tarde se oculta Lorenzo y nos besaremos en una de esas barcas que apenas aguantan el peso de una persona. Sentiré sus labios, tocaré su pelo y le susurraré al oído la palabra más bonita que jamás haya escuchado.

Mirad. Con los ojos bien abiertos y sin pestañear. A mi alrededor hay una lucha encarnizada entre dos bandos. El odio y el amor lo inundan todo. Se enfrentan frontalmente y sin piedad. Son las dos energías más poderosas del mundo en el que vivimos. Y no hay manera de que haya equilibrio entre ambas. Cualquiera de las dos podría someter a la otra. Todo lo justifican, todo lo envuelven, todo lo mueven. A ellos y a mí. Nadie puede escapar del yugo de esa potente red invisible. Es inútil intentarlo. Gracias a eso he comprendido muchas cosas…

Alianzas que se rompen, enlaces que se crean. Todo es diferente. Poco o nada queda ya de lo que fuimos algún día. Nos han pasado tantas cosas, hemos tomado rumbos tan distintos, nos hemos equivocado tantas veces que ahora sólo queda asumir nuestras decisiones, soportar nuestras responsabilidades y seguir buscando el camino que perdimos, si es que alguna vez existió. 

Estoy a oscuras, cansado y colocado. Voy a cerrar esto antes de que todo se apague. Cierro los ojos y sólo veo una pequeña luz intermitente… La luz que me ha iluminado estas líneas. No sabía cómo volver a abrir mi corazón pero lo he hecho de nuevo. Releo en mi mente lo que he escrito y me entra la risa floja. Tengo un pelotazo de los guapos. Creo que los humos de las hojas quemadas de la sustancia ilícita más utilizada en el mundo, de la que ahora sólo quedan ya cenizas, han logrado su cometido.

Aunque sólo haya sido por un rato, he recuperado la inspiración. He vuelto a ser YO. Y esto, esto ya no hay quien lo pare…

OFF…

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