QUÉ DIFÍCIL ES SER PADRE

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Puede haber carreras muy complicadas y trabajos más que agotadores, pero nada es comparable a la labor que implica ser padre.

No, no se me ha despertado el sentimiento paternal (de hecho, no estoy seguro de que vaya a tenerlo algún día) pero no puedo obviar que hoy, 19 de marzo, es el Día del Padre: del mío, del tuyo,... de todos.

Está claro que es muy complicado ser un tío hecho y derecho hoy en día: trabajar jornadas interminables para ganar lo suficiente como para subsistir y poder permitirse algún que otro capricho, realizar las tareas domésticas que corresponda (sí, estoy hablando de un mundo utópico en el que realmente hay igualdad entre sexos), tener un nivel cultural aceptable, ser solidario, aventurero, cosmopolita y emprendedor, reservar tiempo para la pareja, la familia y los amigos, hacer deporte para estar sano pero también cuidarse para estar guapo, estar al tanto de lo que pasa en el mundo y no dejar de actualizarse día a día.

Esto es lo que la sociedad del siglo XXI (vamos, la nuestra) demanda a cualquier varón entre los 20 y los 65 años.

A la lista podrían añadirse infinidad de detalles, pero tampoco es cuestión de asustarme a mí mismo.

Bueno sí, incluyamos un pequeño e insignificante detalle más: tener hijos y, por consiguiente, ejercer de padre.

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Perdonad los fallos técnicos. A mi ordenador le está costando procesar la información. Se ve que hay cosas que las máquinas aún no pueden hacer.

Definitivamente, ser padre es muy complicado.

Y si es tan complicado...
¿Por qué puede ser padre (casi) cualquier persona?

¿No nos hacen exámenes en la carrera, pruebas de aptitud para el carnet de conducir, procesos de selección en los trabajos e, incluso, castings para entrar en cualquier reality de televisión?

Así nos va. Llevamos menos de 3 meses de 2008 y ya van cerca de 30 personas fallecidas a causa de la violencia de género, entre ellas 4 menores.

Lo que yo digo, que para ser padre también deberían hacer un examen.

Y si no... siempre nos queda llamar a Supernanny. Estoy seguro que Rocío Ramos-Paúl estará encantada de echar una mano. Ella logra que educar parezca tan fácil, tan agradable y reconfortante que hasta apetece tener una tribu como la de los Brady.

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Vaya, este cacharro no deja de dar error.

De todas formas, felicidades a todos esos padres que con la sencillez de cada día logran o han logrado que sus hijos seamos personas que merezcan la pena. Y mención de honor a todos aquéllos que, además, han logrado transmitir su cariño a lo largo de toda una vida. Porque ese es el verdadero mérito de un padre: querer y ser querido.

Y recordad, no os durmáis en los laureles... que Supernanny os vigila.

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