viernes, 28 de marzo de 2008

¿VIVIENDO O SOBREVIVIENDO?


ON...

¡Vayaaaa!

Hoy iba a ser un día más. Y resulta que no ha sido así.

¿Qué es lo que hace de un día que sea especial? ¿Qué hecho hace que veas todo de distinta manera? ¿Qué palabras te descolocan y te hacen plantearte tantas y tantas cosas?

Pues no lo sé. Sinceramente, no lo sé. Pero creo que no es algo concreto, sino un conglomerado de cosas que confluyen de manera extraordinaria las que hacen de un día normal algo fuera de lo común.

Anoche, Miriam Sánchez (quizás más conocida como Lucía Lapiedra) se alzaba con la victoria en la última edición de 'Supervivientes: Perdidos en Honduras'. El conocido reality de supervivencia celebraba ayer la final de su edición más dura.

Tras escuchar su nombre de la boca de Jesús Vázquez y saberse ganadora de 200.000 eurazos, Miriam comenzó a dar botes de alegría por todo el plató. Muchas pruebas de recompensa y de líder supervisadas por Mario 'Tipazo' y Óscar Martínez quedaban atrás; muchas nominaciones en el altar del Poblado, picaduras de insectos, besos de Judas y retos en Playa Pelícano se convertían en meras anécdotas; muchos problemas para mantener el fuego, para pescar y para guarecerse de las tormentas eran ya parte del pasado, muchas discusiones y conflictos se desvanecían, muchas experiencias y compañeros de aventura quedaban tan solo en el recuerdo.

Bajo la apariencia de una chica superficial, dedicada a oficios poco honrosos, los espectadores del programa han podido descubrir en Miriam a toda una mujer valiente, atrevida, llena de fuerza y ganas, que con su descaro ha sabido ganarse a la audiencia. Esa misma audiencia ha sido la que le ha otorgado la primera posición en el concurso.

La mayoría de sus compañeros aupaban a hombros y animaban a Leo Segarra, segundo clasificado, mientras Miriam era arropada únicamente por una polémica Karmele Marchante y por su marido, Pipi Estrada.

Sin embargo, a ella parecía no importarle demasiado este pequeño detalle sin importancia. Después de 70 días pasando hambre, frío y penurias en varias islas perdidas del Atlántico (Cayos Cochinos) y ser grabada durante casi las 24 horas del día , recibía la ansiada recompensa. Lo que hiciesen los demás parecía poco relevante para ella.

En ciertos momentos pasan este tipo de cosas. Lo que nos rodea y los que nos rodean dejan de tener importancia y nos centramos sólo en nosotros: en nuestra felicidad o en nuestra infelicidad, pero sólo en nosotros.

¡Qué grandes son esos momentos que uno se dedica a sí mismo!

Si la espicha de la renovena de químicas de hoy no iba a ser a priori algo destacable, se ha convertido sin quererlo en uno de esos momentos. La desgana inicial debida al mal tiempo ha dado paso a un día... para recordar.

La verdad es que últimamente no sé si yo mismo vivo o sobrevivo a mi propia vida, pero (al igual que pasó con Miriam en 'Supervivientes') estoy casi convencido de que nunca nada es como parece.

Creo que las apariencias tratan de engañarme continuamente.

OFF...

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