domingo, 4 de mayo de 2008

ELLAS

ON...



Hoy os traigo algo francamente maravilloso.

Es algo tan increíble que cambia según quien lo nombre.

Sabe de todo, hace de todo y se atreve con todo.

Es capaz de alegrarte el día más gris con una de sus múltiples habilidades.

Nunca deja de aumentar su potencial y su kit de funcionamiento se renueva constantemente.

No se estropea y, aunque lo haga, te convencerá de que no es así.

Siempre está al tanto de tus necesidades y no para de sorprenderte.

Sus baterías parecen no agotarse jamás y empleará hasta la última gota de energía en ti y en tu bienestar.

Sabe lo que piensas en cada instante y actúa en consecuencia.

Se conserva estupendamente, intacta desde el día que la reconociste por primera vez.

Su mantenimiento es tan sencillo que sólo requiere un poco de cariño diario.

Nunca estorba ni molesta. Está siempre en el sitio preciso en el momento justo.

Viene sin libro de instrucciones... pero no le hace falta.

Se puede decir que es la 'máquina' más perfecta que puede existir.

Claro, ahora no dejarás de pensar que algo tan admirable debe costar millones... Pues no. Ésta es una de esas cosas que prueban que el dinero no lo puede todo. De hecho, no estaba entre mis planes convertir este blog en una TELETIENDA. Lo que yo tengo no está en venta. Ni por todo el oro del mundo. ¿Acaso piensas que nada vale tanto? Eso es porque no la conoces.

Pero la mía no es el único modelo (aunque para mí sí el mejor). Tengo entendido que están repartidas a lo largo y ancho del planeta, camufladas como algo normal y corriente, cuando en realidad son algo extraordinario. No hay dos iguales. Cada una es irrepetible e irremplazable. Sin embargo, todas comparten un mismo núcleo: la capacidad de dar el único amor desinteresado que conoce el ser humano.

No todo el mundo tiene la suerte de tener una y muchos de los que la tienen no la valoran como se merece.

Creo que es lo más valioso que he tenido nunca en mi vida y creo, sin temor a equivocarme, que nada la podrá superar jamás.

Cambia esa cara de extrañeza. Ya te he dicho que tampoco es algo tan inusual. Creo que lo llaman comúnmente MADRE, aunque yo prefiero llamarla de mil formas distintas.

Es extraño, pero cuando estoy cerca de ella siento una especie de vínculo. Es como si yo fuera parte de ella. Y cuando estoy lejos... me siento incompleto. Es como si una parte de mí le perteneciera.

Puede que no entiendas lo que te estoy contando. O puede que sí.

Pero yo sé que es algo especial.

OFF...

1 comentario:

Superlayo dijo...

Una madre es mucha madre. Todos (e incluyo a los masculinos) deberíamos aspirar a tener algo más de madre, cuando tengamos hijos. Con mesura, pero algo.