CAMPEONES DEL MUNDO

ON…

MPBlog: ‘Himno de España’

Nada, esto se va a penaltis. ¡Qué desastre! No es justo, hoy merecíamos ganar…

¿Pero tú has visto? ¿De qué van los p… holandeses? Están jugando realmente sucio y el árbitro no hace nada.

¡Eh, espera! ¡Cesc le ha pasado el balón a Iniesta! ¡Está en el área! ¡Vamos! ¡Vamos! ¡VAMOSSSS!

¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL!

Hace justo una semana… Los momentos especiales están ahí para eso, para recordarlos cuando uno quiera.

Releo mis 24 horas antes del gran evento y me asombro de lo emocionado que me encontraba hace ya siete días. Fue sin duda una gran tarde-noche. Y sí, tal y como entonces elucubraba, ahoya ya puedo decir que ¡¡¡¡¡somos campeones del mundo!!!!!

Al subidón de ver ganar por primera vez a España el mundial de fútbol se le unió un nuevo baño en la fuente de Schlossplatz. En esta ocasión, toda una marea roja de españoles dispuestos a celebrar el triunfo teñía la plaza. Una bandera gigante (¿de 100 metros cuadrados o estoy exagerando?) hizo acto de presencia en una noche en la que rozábamos los 30 grados. La policía alemana tampoco faltó a la cita (qué raro para ellos) y así fue como hicieron bajarse del obelisco a un chico que subió una bandera a la parte más alta de la base… 

Una llamada de mi padre volvió a generar ese enlace… me hizo recordar el día que vi la final de la pasada Eurocopa con él, juntos, en el sofá de casa. Y es que fueron muchas las personas que tuve presentes en mi mente el pasado domingo. Son muchos los kilómetros que hoy me separan de mi tierra y, por muy endurecido que uno tenga el corazón después de todo, a veces esa nostalgia no se puede evitar. Es extraño, pero me acordé tanto de él durante el partido… hubiera sido francamente feliz viviendo este momento. Quiero imaginármelo sentado en su sillón orejero verde frente al televisor, celebrando que por una vez, esos a los que él siempre llamaba chulos y payasos, habían llegado a lo más alto. No pudo ser…

Pese a todo, la locura, el desfase y la alegría fueron los estados de ánimo predominantes. Quedarme sin voz de tanto entonar el waka-waka y estremecerme en el momento en que Casillas alzaba la preciada copa del mundo son sólo dos ejemplos de cuánto mereció la pena la pasada noche del 11 de julio de 2010.

Pero como todo tiene un precio… yo lo pagué con parte de mi identidad. Y es que en medio de tanto follón, perdí definitivamente las gafas azules que han sido una parte más de mí estos años. Y digo definitivamente porque llevaba mucho tiempo tentando a la suerte (y varios amagos de pérdida), así que raro es que no se hubiesen extraviado antes. Donde quiera que estéis… sois parte de mis ojos. Ver la vida a través de esos cristales durante los últimos cinco años me ha ayudado tanto a cambiar mi perspectiva…

Pero eso no fue lo peor… y es que dormir sólo tres horas para ir a clase es, como poco, una putada. Sin embargo, y seguro de que todo lo sucedido no había sido sólo un sueño, me paseé orgulloso por el campus con un pañuelo rojo colgado de mi cartera. En el aula, entre sueño y sueño me dio tiempo a dar rienda suelta a mis dotes artísticas. Cuando me quise dar cuenta, la gente que pasaba a mi lado se me quedaba mirando y se reía. ¡Toma y que os den! es lo único coherente que mi cabeza agotada alcanzaba a pensar mientras me quedaba absorto mirando mi pequeña obra de arte…

Me escaqueé del allí en cuanto tuve oportunidad y encendí el ordenador al llegar a casa. La primera foto que me encuentro es a Iker besando a Sara Carbonero. Después de todas las críticas que recibió la jovencísima periodista deportiva, volvía a acaparar la atención de los medios. Estaba claro, el partido histórico cosechó audiencias históricas. La prórroga se ha convertido en la emisión más vista de la televisión en España con 15,6 millones de espectadores (un 85,9% de cuota de pantalla). Y todavía pide Telecinco dos millones de euros por difundir la foto de Sara e Iker… la cuestión es sacar tajada. Parece que se ha convertido en uno de los vídeos/fotos más buscados por internet. Y no me extraña. Estos chavales que no sobrepasan ninguno los 30 han llegado a la cima de su éxito profesional. A partir de ahora ya no les queda nada más por conseguir. Han tocado el mayor éxito que podían alcanzar con la yema de los dedos y lo han agarrado entre sus brazos. Si se piensa fríamente… ¿cuántos de nosotros podremos llegar a decir esto algún día?

Han sido varias las veces que me he puesto a escribir esta entrada durante la semana y ninguna de ellas he logrado acabarla decentemente. Creo que tampoco ahora lo lograré. Quizás sea el calor que no me permite tener buenas ideas, quizás que se me mueren las neuronas poco a poco y con ellas la inspiración o, simplemente, que no quiero cerrar la entrada porque eso significará dar portazo al evento deportivo más histórico que ningún español haya presenciado jamás. Pero ya sabéis lo que dicen, cuando unas puertas se abren otras aparecen delante nuestra para abrirse. Delante de mí ahora mismo está la puerta de la ansiada, y a la vez temida, recta final...

Y por muchas ganas que me entren, me he prometido que en esta ocasión no va a haber  cuenta atrás. Por primera vez en mi vida, los días, las horas, los minutos, los segundos… los voy a contar hacia adelante. Igual que en el fútbol. Porque no es que quedaran 3 minutos de lucha… es que llevábamos 117 minutos luchando. Y al final, lo vivido es lo que cuenta… y no lo que queda por vivir.

OFF…