jueves, 8 de julio de 2010

CON EL ALMA ENTREGADA

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MPBlog: ¡Y viva España! – Manolo Escobar

Hay cosas que por ser una confluencia de coincidencias se convierten en especiales. Si hace poco más de un mes comentaba el sentimiento de vivir Eurovisión en directo viendo cómo gana el país en el que estás viviendo y la canción por la que habías apostado, lo de anoche rompió todos los moldes imaginables...

No es momento de hacer balance del Erasmus (que todo llegará) pero estos último días sí me había dado por pensar que esto se empezaba a agotar sin remedio. La cuenta atrás está a punto de comenzar y poco más parecía que iba a ofrecernos esta experiencia. Afortunadamente, estaba totalmente equivocado…

Nadie pensaría hace casi un mes, y menos tras perder contra Suiza, que hoy estaríamos celebrando la histórica clasificación de España en la final del mundial de fútbol Sudáfrica ‘10.  Este hecho, increíble ya de por sí, se intensifica a la enésima potencia cuando se vive en el extranjero, rodeado de gente que no tiene los mismos sentimientos hacia esos colores y donde se comparten las penas y las alegrías con un ‘reducido’ grupo de compatriotas.

Pero a este sentimiento le falta un ‘insignificante’ matiz. Quiso el destino que el susodicho partido de semifinales se jugara contra la selección alemana y esto es lo especial y grandioso de la noche de ayer. Creedme que no se puede expresar con palabras ver el partido en una pantalla gigante en medio de una masa de alemanes arrogantes con los humos muy subidos, que llevaban todo un mes presumiendo que ellos serían los claros ganadores del campeonato, con nulas opciones para cualquier otro país y muchas menos para España. Y aunque nos enfrentamos a ellos en la final de la  Eurocopa de 2008 (y les ganamos era imprevisible lo que podía pasar ayer. Pues bien, después de que el pulpo Paul eligiera la urna española y el tiburón Puyol metiera cabezazo… la historia se ha repetido dos años más tarde y les hemos vuelto a ganar.

Cabizbajos, enfadados, resentidos, decepcionados… por mucha gente que hubiera, un silencio sepulcral se respiraba en Schlossgarten. Bueno, silencio del todo tampoco. La atmósfera de tensión la rompían ese ‘pequeño’ grupo de españoles que gritaban al unísono aquello de viva España!, yo soy español! y cien mil cánticos más, mientras ondeaban las banderas de su país sin temor alguno y llenos de orgullo y satisfacción (que diría el rey).

Pues bien, lo mejor de todo ello es que ese grupo éramos NOSOTROS… 

La euforia, la locura y la adrenalina nos llevaron a bañarnos en una de las fuentes de la ciudad, mientras muchos aficionados pasaban por allí mirando con asombro y sacando fotos a la escena que estaban presenciando. Como es justo decirlo todo, lo cierto es que los alemanes tienen mucho mejor saber perder que nosotros. Si en España, un grupo de alemanes hubiera celebrado, gritado, increpado y/o provocado de la misma forma a como nosotros lo hicimos anoche, a buen seguro la escena habría acabado en el hospital o comisaría. Y en este caso no fue así. De hecho, no fueron pocos los que nos dieron la enhorabuena…

Es la primera vez que España jugará la final de un mundial de fútbol y el domingo, a eso de las ocho y media de la tarde, nos veremos las caras con Holanda. Ya que (por fin!!!) hemos logrado llegar tan lejos ojalá ganemos, ojalá podamos decir que somos campeones de Europa y del mundo… pero si no es así y Holanda nos arrebata la ilusión, yo tengo que decir que me doy por satisfecho.

Y es que lo vivido anoche fue, sin ninguna duda, algo único.

OFF…

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