viernes, 12 de septiembre de 2008

LA LARGA ESPERA


ON...


Llevo casi 9 meses esperando... y parece que se acerca el momento. Sé que había prometido renovaciones para este blog en septiembre. Pues bien, algunas de ellas vendrán acompañadas del cercano estreno de la décima edición de mi defendido 'Gran Hermano'.

Si cada año disfruto como un enano viendo a una docena de personas haciendo el 'canelo' entre cuatro paredes repletas de cámaras y micrófonos, este año espero que sea impresionante.

Quizás las expectativas puestas en GH X son demasiado altas por mi parte, por lo que puede llevarme a una cierta decepción. Pero de todas formas, estoy casi seguro que volveré a vivir la semana de jueves a jueves (aunque parece que este año las galas serán en martes, ya que es el día que Telecinco tiene 'libre' en su parrilla, eso si no hacen algún tipo de cambios, que no sería nada raro).

Me gustó ver a Mercedes Milá (en la web pone que sus dos colores favoritos son el morado y el naranja, así que desde ahora subrayaré su nombre con uno de los dos colores) grabando las promos del programa enseñando los 10 dedos de las manos, leer el artículo de 'el gato' en el que hace un resumen de las sorpresas habidas en los Grandes Hermanos de otros países y las particularidades de sus participantes,... todo ello me dice que GH X está cerca, muy cerca. Y quizás sea el último que pueda ver desde España, así que con más razón de vivirlo con intensidad.

Y es que no puedo esperar a que dé comienzo. Aún sin fecha oficial de estreno, la espera se me hace eterna...

¿Nunca habéis deseado saltaros unas horas, unos días o incluso unos meses en el tiempo que, aun a riesgo de ser perdidos para siempre en el complejo espacio-tiempo, no merecen especial interés o motivación de ser vividos?

Yo soy un gran defensor de vivir todos y cada uno de los momentos que se nos presentan. Tanto el bienestar y la satisfacción que nos proporcionan las experiencias más dulces, como la experiencia y la fuerza conque nos curten los acontecimientos más amargos, han de ser vividos con la intensidad que se merece cada segundo de nuestra existencia.

Y es que si cada uno de nosotros podemos llegar a vivir (poniéndonos optimistas) unos 90 años, tenemos aproximadamente unos 2 838 240 000 de segundos que aprovechar. Parecen muchos así escritos (he tenido que separar la cantidad en grupos de tres para así poder leerla) pero en realidad se van como lo hacen las aves migratorias, pero en este caso para no volver nunca más. Son dos mil ochocientos treinta y ocho millones doscientos cuarenta mil segundos a nuestra disposición y no nos damos ni cuenta de lo que eso supone.

Sé que resulta pesado, pero hagamos unos cálculos matemáticos....

¡Eyyyyyyyyyyyyyyyy! ¿Qué haces pasándote a otra página web o cerrando directamente el Internet Explorer? Que me estaba refiriendo a unas sencillas sumas, restas y multiplicaciones. Prometo que de ahí no subo el nivel.

Además, aún no tienes idea de adonde voy a ir a parar con todo esto, así que dame un voto de confianza. Al fin y al cabo, estarás empleando, como mucho, 300 segundos. Y ya hemos visto que tenemos un mogollón de ellos. Vamos, que nos sobran por todos los lados... ¿o no? Veamos:

· Si no somos muy dormilones, podemos suponer que dormimos una media de 7,5 horas al día... Lo que supone una 'pérdida' de 886 950 000 de segundos. Pero claro, es que a ver quién pasa sin dormir y sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo podemos ahorrar.

· Si somos unos zampones y empleamos en las comidas sólo una hora al día... Estaríamos empleando unos 118 260 000 segundos. Pero claro, es que a ver quién pasa sin comer y beber y sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo podemos ahorrar.

· Si trabajamos lo justo y las horas meramente reglamentarias, pongamos unas 40 horas semanales (los colegios suelen ser 6 horas diarias más el tiempo de estudio en casa, así que no me esfuerzo ni en quitar los años de estudiante)... Eso harían unos 673 920 000 segundos. Pero claro, es que a ver quién pasa sin currar y, sin ser el Rey o un mangante que se aprovecha de sus padres, sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo podemos ahorrar.

· Si somos higiénicos y nos duchamos diariamente, nos lavamos los dientes tres veces al día, nos peinamos, vestimos y hacemos el resto de necesidades, estaríamos usando sobre 45 minutos diarios... que hacen un total de 88 695 000 segundos. Pero claro, es que a ver quién pasa sin asearse mínimamente y, sin ver cómo la gente se aparta a tu paso, sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo podemos ahorrar.

· Si vivimos en una gran ciudad, o no disponemos de coche, o los lugares que frecuentamos están lejos, emplearíamos como mínimo otra hora diaria en desplazamientos... De nuevo gastamos 118 260 000 segundos en movernos. Pero claro, es que a ver quién es el listo que cree que puede teletransportarse y, sin ser llamado friki, sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo podemos ahorrar.

· Y, por último, pensemos en todo el tiempo que perdemos tirados en el sofá viendo la televisión o deambulando por casa sin hacer nada. Para no abusar, pongamos que también 'malgastamos' en eso una hora al día... Otros 118 260 000 segundos para la saca. Pero claro, es que a ver quién está en activo y sin holgazanear y sobrevive más de tres días seguidos... Así que esto no nos lo 'podemos' ahorrar.

Bien, en total hemos acumulado 2 004 345 000 segundos, que restados de ese mogollón que creíamos tener, hacen que nos quede la cantidad nada despreciable de 833 895 000 segundos.

Así pues, después de todo, de los 90 años que felizmente planeamos vivir, tenemos 'sólo' 26 años para nuestro uso y disfrute. 26 años para estar con la familia, salir con los amigos, conocer al amor de tu vida, leer, ir al cine, hacer deporte, viajar, hacer el amor, pasear, ir a la playa, a la montaña, tocar un instrumento, hacerte un tatuaje, tirarte en paracaidas... 26 años para ver, oir, sentir...

Y sin embargo, como soy humano, no puedo evitar tener esa sensación de la que hablaba al principio de desear en ocasiones saltar rápidamente en el tiempo hasta ciertos momentos que intuyo o deseo que me guarde el futuro.

Me encantaría saltarme las horas muertas de este viernes para disfrutar de la primera noche del San Mateo '08, saltarme los días muertos de este mes para quitarme el estado de inquietud que me invade ahora mismo, saltarme las semanas muertas de este trimestre para que me vuelvan a brillar los ojos de ilusión, saltarme los meses de este curso para sentir que yo también formo parte de aquello que se esconde más allá del horizonte.

Y mientras tanto, la espera se me hace eterna y sigo 'desperdiciando' el tiempo escribiendo en este blog, como si de un contador maldito se tratara en el que los segundos van cayendo lenta y pausadamente, esperando ese momento indeterminado en el que la cuenta llegue, sin remedio alguno, a cero.

OFF...

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