miércoles, 3 de febrero de 2010

CUANDO MENOS TE LO ESPERAS


ON...


Son muchas las cosas que quiero contar y muy poco que ver tienen unas con otras, así que no puedo asegurar que la entrada de hoy sea aún más caótica de lo que ya es costumbre.

Por donde empiezo... ¡Ah, sí!

Resulta que uno ya lloraba la marcha y despedida de Gran Hermano hace menos de una semana, cuando mientras desayunaba apaciblemente el lunes me encuentro ante mis ojos una noticia que más bien parecía una inocentada que otra cosa:


Creedme que después de leer tal titular cinco veces, seguía sin dar crédito a lo que aparecía ante mis ojos. Hice el clic pertinente en el enlace y, para verificar todo lo que en él se contaba me fui a la página de Telecinco.es a contrastar la información.

Desde entonces... todo son dudas. Si bien es cierto que fue una gran alegría saber que a los seguidores del programa se nos premia con este regalo tan especial, también es cierto que temo que en la cadena de Fuencarral expriman demasiado a una de las pocas gallinas de huevos de oro que les quedan en el prime time. No estoy del todo seguro si estirar el formato nada más acabar una edición que ha durado casi 5 meses es del todo una buena idea.

Desde la productora hasta Mercedes Milá nos justifican la continuidad del formato como una celebración del cercano décimo aniversario del programa en España, que los 12 concursantes que entrarán de nuevo en la casa de Guadalix (de los 164 que ha habido) tienen todos cuentas pendientes que resolver y que la mecánica del concurso será radicalmente distinta a lo que estamos acostumbrados. Y espero que todo ello sea ciertamente así... o terminaré pensando que la única finalidad de este 'GH: el reencuentro' es evitar que los índices de audiencia de Telecinco se desplomen.

Por ello y porque le voy a dar el beneficio de la duda, espero que esta misma noche la magia de GH me vuelva a sorprender y que lo haga como nunca. Me muerdo las uñas de pensar quiénes serán finalmente los elegidos y si la casa habrá sido o no remodelada en el poco tiempo que han tenido. La duración mínima de este experimento va a ser de dos semanas, que podría llegar a prolongarse hasta los dos o tres meses si la audiencia responde. No quiero decir nada antes de verlo empezar porque igual luego es tan genial todo lo que veamos que desearé que dure eternamente, pero en principio comparto las impresiones vertidas por Mercedes en su propio blog acerca de que esta edición tan especial no debería durar más de unas pocas semanas, convirtiéndose en un pequeño bis, epílogo o recordatorio a estos diez años de la historia de GH, pero sin estirarlo demasiado.

Así es como todo el equipo de GH apenas ha podido tomarse un respiro y ya trabajan de nuevo a pleno rendimiento... el trabajo dignifica, o eso dicen...

Pues resulta que a unos meses (espero) de acabar la carrera, ayer me sorprendieron de forma totalmente inesperada. He recibido mi primera oferta de trabajo real y palpable. Sin buscar nada, sin pedir nada y ahí está, sobre la mesa, como un regalo envuelto que espera ser abierto.

Desde entonces... todo son dudas. El mero hecho de que se me haya presentado esta posibilidad me llena de orgullo y satisfacción (que diría su Majestad el Rey D. Juan Carlos), pero no sé qué hacer. Supongo que de momento que me informen un poco mejor. No está el mundo laboral para andar rechazando cosas y no querría dejar pasar el tren y luego quedarme tirado en la estación. Pero claro, por muy tentadora que sea la propuesta, es justo la opción que jamás había contemplado. Parece casi un capricho del destino y tengo menos de un mes para tomar una decisión. Complicado, muy complicado.

Aumenta la inestabilidad laboral en España, hay más de cuatro millones de parados, los CV de los candidatos se archivan o van directamente a la basura de las empresas, se especula sobre la posibilidad de aumentar la jubilación a los 67 años... La economía del país se tambalea sospechosamente y yo, lejos y ajeno a toda esta realidad, me permito el lujo de seguir persiguiendo los sueños que aún me quedan por cumplir, si es que todavía recuerdo cuáles eran. Debería sentirme un privilegiado y, sin embargo, la inseguridad me corroe por dentro.

Resulto tan vulnerable que hasta yo mismo comienzo a asustarme. Y mi estado de ánimo lo refleja y así es como me lo caza al vuelo todo el mundo tras intercambair poco más de cuatro palabras. Una conversación sin pretensiones y unas cuantas frases bien dichas, me han hecho replantearme lo que me está pasando.

Desde entonces... todo son dudas. Si es cierto que sigo anclado al pasado y que esto no me deja avanzar, si es cierto que mi estado de ánimo depende de lo que leo en una pantalla de ordenador o si es cierto que sufro gratuitamente... entonces sólo me queda romper las cadenas que me oprimen y mirar adelante. Y estoy en el lugar oportuno y en el sitio oportuno para hacerlo. Ahora mismo estoy de puntillas en el canto de una moneda de dos caras. Los de un lado están convencidos que la cruz está justo detrás, los del otro lado justo lo contrario. Y todos, que se creen con la verdad en las manos, están equivocados. Yo, desde arriba, sólo busco esa mirada de complicidad de quien no da nada por sentado y sabe ver más allá.

La experiencia me dice que lo mejor ahora es despreocuparse de todo, sacar lo mejor de lo que ocurre a cada lado y simplemente esperar a ver hacia dónde se decide a caer la moneda, porque si algo tengo claro es que terminará saliendo cara. Lo que pasa es que los (casi) ingenieros, en general, tenemos poca paciencia y yo, en particular, mucha menos aún. Lo quiero todo aquí y ahora y por ello creo que, 'casualmente', me ha tocado vivir todo esto en lo poco que llevamos de semana, para darme cuenta, una vez más, que las cosas pueden cambiar radicalmente en un segundo. Sólo hay que tenerlo todo preparado y disfrutar con la espera.

Todo surge cuando menos te lo esperas...

OFF...

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